Las asociaciones de vecinos de Elche reclaman al Ayuntamiento que se reabran los centros sociales y los centros cívicos repartidos por la ciudad y las pedanías para retomar de forma presencial las reuniones y talleres del movimiento vecinal. Estos espacios municipales están cerrados desde que se decretó el estado de alarma por el coronavirus. La previsión del ejecutivo local era abrirlos a partir de octubre, aunque la evolución de la pandemia es tan cambiante que desde la Federación de Asociaciones Vecinales urgen al Consistorio que en septiembre estos espacios ya estén abiertos, eso sí, cumpliendo los protocolos de seguridad, distancia social e higiene que se requieren de la crisis sanitaria.
A nivel municipal muestran predisposición para agilizar la reactivación, aunque desde el Consistorio le piden como requisito a la federación que elabore un plan de contingencia que establezca las limitaciones de aforo que deberían aplicarse para que sea viable y segura la vuelta a la actividad. En ese protocolo incluso se podría restringir por la asistencia a aquellos usuarios más mayores por ser grupo de riesgo, según indica Bernardo Sánchez, presidente de la federación, que engloba a unas cuarenta entidades del término municipal. Estas medidas se han abordado esta semana en un encuentro entre el colectivo vecinal y miembros del equipo de gobierno. Según Mariano Valera, edil de Derechos Sociales, el Ayuntamiento ayudará a la federación a elaborar este protocolo, que después tendrá que ajustar cada asociación de vecinos dependiendo de la idiosincrasia de su centro asignado y del volumen de socios de cada entidad. El edil apunta, además, que tendrán que cuadrar horarios de cada colectivo y esperan que en octubre los talleres municipales puedan desarrollarse siguiendo los protocolos sanitarios. Barajan ofrecer el servicio por la vía online si no se garantiza la presencialidad en caso de agravarse la situación del covid-19 en la ciudad.
De igual modo, desde el equipo de gobierno ya atajan que la estampa tradicional de decenas de personas de avanzada edad jugando a las cartas o al dominó costará verse con la nueva normalidad. Ese tipo de actividades lúdicas en las que se manipulan elementos comunes no se permitirá con la apertura de los centros sociales para evitar nuevos contagios, por lo que el uso de las instalaciones estará ajustado, y sobre todo enfocado en la reapertura a las entidades sociales y culturales, con el fin de que puedan desarrollar su programación, teniendo en cuenta que hasta la fecha muchas de ellas han reducido su labor y los encuentros los realizan por vía telemática o en locales privados. Podría ser el caso de la asociación de El Raval, que en sus últimas asambleas se ha reunido en espacios como el casino que hay frente al Casal Jaume I y también han hecho encuentros en terrazas de bares o en parques públicos desde la desescalada.
Entienden que «hay que retomar la vida y la Administración pública debe poner los medios para que se pueda utilizar el espacio municipal poniendo las medidas de higiene y seguridad», señala Reme Pomares Campello, presidenta de la asociación vecinal El Raval, colectivo que en septiembre espera poner en marcha el Club Jove para promover la participación juvenil en el barrio.
Elche cuenta en el entramado urbano con nueve centros sociales y cinco centros cívicos, mientras que en el Camp d'Elx se disparan a 18 el número de estas últimas instalaciones frente a cinco centro sociales. En las pedanías también han notado esta falta de instalaciones, aunque con matices. Desde la Unión de Asociaciones de Torrellano reseñan que las acciones del colectivo están paralizadas porque tampoco hay actividad municipal relacionada con la pedanía. Aún y así, tienen contacto continuo con los socios por videollamada. Desde la entidad entienden que la prioridad ahora está en controlar los brotes de covid-19. Sin embargo, todavía tienen muchas dudas sobre cuando podrán volver algunas actividades que se organizan en el centro social de la pedanía como los bailes de la tercera edad, «porque son el grupo de más riesgo y son los primeros a los que hay que proteger», reseña María Ángeles Llorens, presidenta de la unión de asociaciones de Torrellano.
