Todo apunta a que, en los próximos días, se iniciarán las obras de peatonalización de la Corredora y la Plaça de Baix. Las obras salieron a licitación y, la semana pasada, se adjudicaron a una empresa. Está previsto que tengan una duración de tres meses y un costo de 542.700 euros. Parece que, por fin, una actuación como ésta, emblemática en la ciudad, será realidad.
Son muchos los años en los que se nos había prometido su peatonalización. Siempre había algo que servía de excusa para dejarlo para otra ocasión. El temor a determinadas críticas ante decisiones importantes, como pasa tan a menudo en nuestro Ayuntamiento, ha impedido que Elx tenga un centro histórico más agradable y seguro para la convivencia ciudadana. Somos casi una anomalía entre las grandes ciudades españolas a la hora de ofrecer espacios públicos para el disfrute de los peatones. En casi todas ellas se han llevado a cabo procesos para que el ciudadano de a pie recupere parte de su ciudad que le había sido arrebatada por el uso del vehículo privado. Y, en todas ellas, ése proceso ha sido exitoso. Siempre habrá una fase inicial en la que todos deben adaptarse a la nueva realidad. Y, una vez superada y si se ha hecho bien, nadie añorará la situación anterior. Así ha pasado en todas las ciudades e, incluso, en la nuestra en todas las actuaciones en ésa línea que se han hecho.
Adelante, pues, con la iniciativa. Hay que intensificar la campaña de concienciación y de conocimiento de las alternativas planteadas. Y, ante todo, no basta con plantear itinerarios alternativos a los actuales, que hay que hacerlo, sino que hay que plantear propuestas de pacificación y reducción del tráfico privado en la ciudad. La mejora del transporte público, especialmente en los autobuses, debe acelerarse. También el uso más seguro de la bicicleta. Y buscar la implantación de otros medios de transporte público como el tranvía urbano, tal y como ya comenté el pasado 2-7-20 en INFORMACIÓN. Es algo que la Generalitat le debe a esta ciudad y que ésta se merece porque, sencillamente, le hace falta. Próximamente se debatirán los presupuestos allí y nuestro Ayuntamiento debería solicitar que se inicien los estudios pertinentes para llevar a cabo su implantación en los próximos ejercicios y, recordemos, Europa apuesta y financia estos proyectos. Resolvería muchos problemas de desplazamiento y evitaría muchos coches circulando.
Al hilo de la peatonalización de la Corredora ha surgido una interesante petición por diferentes colectivos ilicitanos: Que se aproveche la actuación para permitir señalizar el tramo de la Acequia Mayor del Pantano cuando la cruza entre las calles Pere Ibarra y Empedrat. El Col.lectiu Margalló, Volem Palmerar y otros lo han pedido para recordar la importancia que dicha Acequia ha tenido en nuestro municipio y, especialmente, en el Palmeral siendo así reconocido por la propia Unesco cuando lo declaró Patrimonio de la Humanidad. Mucha gente ignora la existencia de dicha Acequia, su trazado y la importancia que ha tenido, y es digno reconocerlo.
Con la peatonalización de la Corredora, Elx ganará calidad de vida. Será una ciudad más sostenible, y se notará en las posibilidades de pasear, ir de tiendas, ocio, convivencia, etc. Hacía falta una actuación así. Sin duda y aunque, económicamente, sea incluso modesta, la trascendencia para la ciudad será histórica. Después de tantos años de Ayuntamientos con tan pocas decisiones importantes adoptadas ya era hora de que, en ésta, se decidieran por fin.
También estos días ha sido noticia la petición de Compromís de cambiar el nombre a la calle Juan Carlos I (continuación de la Corredora). Es una propuesta que algunos colectivos también habían pedido, después de las noticias sobre determinadas prácticas poco aceptables para alguien que ha sido Jefe del Estado, y que hacen que no merezca figurar en nuestro callejero y, por cierto, mucho menos en un salón de plenos municipal en estos momentos.
Y, sin duda, que quedan muchos otros temas que siguen pendientes en ésa especie de «limbo» donde nuestro Ayuntamiento envía los que pueden resultar «difíciles», por decir algo. El tema del Mercado Central, pésima herencia del PP, es uno de ellos. Después de perder toda la legislatura pasada en una actitud tan incomprensible como injustificada, el problema sigue sin resolverse. Tampoco Conselleria ayuda mucho aquí. Y eso que hace casi un año el alcalde dijo que el Ayuntamiento rescindiría el contrato, cosa que aún no se ha hecho ni se sabe cuándo se hará. También aquí es hora de tomar decisiones y no sólo declaraciones.
