Primera quincena de julio y las playas de Elche ya apuntan una afluencia turística que casi llega al tope de lo recomendable este verano debido a la crisis sanitaria por coronavirus, aseguran desde la concejalía de Turismo, a pesar de que ayer el día nublado no acompañaba demasiado e incluso una tormenta eléctrica por la tarde motivó que muchos bañistas abandonasen el litoral. Este ha sido el primer fin de semana en el que las playas están sectorizadas con unas cintas rojas en la arena que indican la raya que no deben cruzar los bañistas para que se mantengan en su parcela sin invadir constantemente otros espacios, a no ser que quieran salir a pasear por los seis metros de canal que hay en zona de pleamar o abandonar el arenal.
Este pasado jueves el Ayuntamiento presentaba la medida como una de las estrella dentro del plan de contingencia para controlar los aforos y asegurar la distancia social en la Playa de El Altet, Arenales del Sol y el Carabassí, ya que las de La Marina se cuentan como sectores únicos. Aseguran desde el ejecutivo que este pasado fin de semana estarían en marcha todos los indicativos que guiasen a los visitantes. Sin embargo, hay tramos puntuales de la playa, en concreto en Arenales, en los que hasta ayer no contaban con estas cuerdas rojas, y desde la Concejalía de Seguridad alegan que se trata de un problema logístico, según Ramón Abad, edil del área.
Estas cuerdas rojas y los postes que indican las entradas y delimitan los 50 sectores han sido una sorpresa para una parte de los bañistas, ya que muchos siguen sin saber muy bien su utilidad ni cuál era el número de máximo de personas por grupo que pueden estar en la arena, ni la distancia interpersonal a cumplir. Para resolver estas dudas había algunos de los informadores que ha contratado la Generalitat para que expliquen en Elche qué pueden hacer y qué no, ya que hay que recordar que algunos usos están restringidos como jugar en la arena con palas o pelotas, unas actividades de lo más habituales en la playa y que este verano están censuradas porque sería difícil practicar estos juegos en una parcela sin molestar al resto de usuarios.
Sin embargo, hay familias que reprochan que no pueda utilizarse algún espacio para este tipo de juegos ya que entienden que es viable estudiar alternativas antes de limitar la libertad de los bañistas. Más allá de las propuestas, parece que estas líneas rojas han sido bien acogidas por la mayoría de visitantes, que al menos ayer las respetaron y aunque la afluencia era alta no se registraron aglomeraciones. También lo aseguran desde el servicio se salvamento y socorrismo en las playas, que han tenido un fin de semana tranquilo a excepción de un rescate múltiple en el Carabassí el sábado. Desde el Consistorio no ha trascendido si hay sanciones por incumplir el plan de contingencia.
