La Sociedad Venida de la Virgen de Elche contará por primera vez desde su fundación en 1865 con una sede propia, que estará en el Huerto de la Tía Casimira en pleno corazón del Palmeral. La entidad cultural, que vela por perpetuar la representación del hallazgo de la Mare de Déu en la playa del Tamarit, por fin tendrá un espacio autónomo donde celebrar los ensayos de heraldos, atender a los socios e incluso realizar exposiciones fotográficas permanentes. El alcalde, Carlos González, entregó ayer las llaves de esta vivienda que preside el huerto público de la calle Curtidores para que el colectivo cultural pueda disfrutarla depués de equiparla y tras la inaguración, prevista próximamente. La Venida de la Virgen tendrá allí su sede al menos por dos años, que serán prorrogables, tal y como se desprendió de la última junta de gobierno, aunque el primer edil ha confirmado que la idea es que la cesión del espacio pueda mantenerse por un largo periodo siguiendo la legalidad vigente. Para cristalizar el acuerdo la pasada jornada el presidente de la Venida, José Manuel Sabuco, y la concejala de Fiestas, Mariola Galiana, firmaron el convenio en el Ayuntamiento. Hasta la fecha la entidad cultural y festera no contaba con un espacio propio y durante años han funcionado en la Casa de la Festa. Con esta nueva ubicación podrán ampliar la envergadura de los proyectos que vienen desarrollando y plantean que parte del huerto pueda usarse para realizar ensayos.
Otro de los planes del colectivo sería aprovechar el interior como exposición permanente y que incluso sirva como punto de información al visitante, teniendo en cuenta que este enclave entra en la ruta del Palmeral y tal como exlicaba José Manuel Sabuco, facilitará «que los visitantes puedan conocer, durante todo el año, en qué consiste una tradición que es, nada menos, el origen del Misteri». Según González esta cesión fortalecerá también dos elementos «de fuerte raigambre identitaria» como son la Venida de la Virgen y el Palmeral. Esta vivienda cuenta con una sala principal, tres habitaciones y un aseo repartidos en unos 90 metros cuadrados y una sola planta. El inmueble mantiene la esencia de las edificaciones propias de los huertos ilicitanos, de las que cada día quedan menos. La infraestructura actual es una reconstrucción de la que un día hubo, ya que hace décadas esta vivienda particular se quemó y tras varias reparcelaciones urbanísticas pasó a ser de titularidad municipal. Hace dos décadas la Escuela Taller municipal la volvió a levantar aunque con algunas diferencias, ya que, por ejemplo, esta última no cuenta con el porche típico. Hasta el momento este espacio no ha tenido un mayor uso que servir de almacén de utensilios de poda y otros materiales que necesita el personal de limpieza municipal.
Confianza en las fiestas
Desde la Sociedad Venida de la Virgen se muestran optimistas y confían en que las celebraciones puedan desarrollarse en diciembre, aunque todo dependerá de cómo avance la pandemia de coronavirus. Explican que van a poner «en marcha toda la maquinaria» y a la vuelta del verano, entre septiembre y octubre, estudiarán cuáles son las recomendaciones sanitarias a causa del covid-19 «y en coordinación con el Ayuntamiento tomaremos las decisiones adecuadas, pero seguimos trabajando con la misma ilusión que siempre y con la esperanza de que podamos celebrar la festividad si todo lo permite», expone Sabuco.
