Entre las muchas consecuencias, de todo tipo, que la pandemia está dejando en la sociedad hay una bastante evidente: la necesidad de mejorar las condiciones de vida desde una perspectiva más sostenible. Y, en esa dinámica, las condiciones del tráfico actual de vehículos en nuestras ciudades y adaptarla a ésa nueva realidad, se ha demostrado imprescindible, y requiere que todas las Administraciones apuesten por pensar más en los ciudadanos de a pie, y en el respeto a las ciudades como entornos saludables y espacios de convivencia social para todos.

Desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Elx se han anunciado, recientemente, algunas decisiones que pueden ser muy interesantes. Por una parte, se ha licitado el proyecto de peatonalización de la Corredora y se ha dicho que es objetivo municipal adjudicar las obras para que estén acabadas antes de Navidad. De confirmarse habría que felicitarse. Se ha tardado demasiado en decidirse. Si ahora se consigue, Elx se incorporará, con retraso, a las ciudades que apuestan por entornos más habitables.

También en esa línea es digno de resaltar el anuncio hecho por la concejala de Movilidad, Esther Diez, anunciando una mayor apuesta por favorecer el uso y una circulación más segura para la bicicleta en nuestra ciudad. Falta hace. Elx sigue siendo una ciudad poco amable con la bici, el uso masivo del coche privado y la falta de circuitos adecuados convierten su uso en un acto militante y casi heroico en muchas ocasiones. Su propuesta de implantar carriles bici, aún con carácter provisional inicialmente, en algunas calles importantes de la ciudad, reservando uno de los dos carriles de circulación para su uso y reduciéndolo al vehículo privado es valiente. No lo tendrá fácil. No hay hábito de que el coche pierda espacio. En ese debate necesitará mucho apoyo ciudadano y municipal. La ciudad merece ser recuperada. Precisamente este lunes EL PAIS publicaba un reportaje denominado "Supermanzanas, o cómo devolver al peatón la ciudad robada por los coches" en la que, entre otras cosas, se decía: "Entre el 70 y el 80% del espacio de las calles se dedica a los vehículos, que están aparcados el 95% del tiempo, mientras que menos del 30% de los ciudadanos se desplaza en coche en las grandes ciudades".

La labor de concienciación ciudadana es fundamental. También debe ser apoyada en otros ámbitos: la mejora de las líneas de autobús debe continuar; sacar tráfico de la ciudad terminando, entre otras, la Ronda Sur (inexplicadamente pendiente), mejorar la línea de cercanías ferroviaria, mejorar la comunicación de transporte público con las pedanías, más dotaciones en barrios, etc.

Y tal vez haya llegado el momento de reivindicar que se tenga en cuenta a Elx para la implantación de un medio de transporte tan sostenible como el del tranvía. Algo que ya viene funcionando en muchas grandes ciudades españolas y de todo el mundo. Valencia y Alicante ya disponen de este servicio y con evidente éxito. Somos la tercera ciudad del País Valenciano. Parece evidente que tenemos derecho a su implantación. Lógicamente si no se pide, y con insistencia a la Generalitat, nunca lo tendremos, siempre habrá algo que nos dirán que urge más en otro sitio. La coyuntura actual y la disponibilidad de fondos europeos para este tipo de actuaciones a favor del ciudadano de a pie permitirían su llegada, si se reclama suficientemente donde hay que reclamar, naturalmente.

La ciudad de Granada es un ejemplo que nos podría servir. Tiene casi la misma población que nosotros. Y el 21-9-2017 inauguró su tranvía. Fue financiado por la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía y por los fondos FEDER europeos. Está siendo todo un éxito y evitando multitud de coches circulando. En 2019 ha transportado 11.700.000 pasajeros, un 15% más que en 2018, y sigue subiendo. Elx debería tomar ejemplo de estos casos para reclamar su implantación aquí.

Nuestra ciudad es ideal para este medio de transporte. Es plana en gran medida. Sería muy útil para comunicar los diferentes barrios de la ciudad y a ésta con el Parque Industrial de Torrellano; las zonas industriales de la Ctra. Crevillent; Poligono de Carrús, pedanías, etc. También sería un elemento fundamental para conseguir que Elx se acerque a ése objetivo de Capital Verde Europea 2030.

El tranvía como objeto de deseo debería poder transformarse en realidad por el bien de una ciudad que quiere ser mejor, más habitable y sostenible en el futuro. Estaría bien que el Ayuntamiento pidiese su implantación, la sociedad ilicitana seguro que lo apoyará y la Generalitat, que tantas deudas tiene con esta ciudad, financiarlo como nos corresponde, máxime cuando tanto pregona determinados discursos.