El primer día de verano y de nueva normalidad tras la salida del estado de alarma trajo ayer a las playas de la provincia una estampa muy reconocible: arenales llenos de bañistas, aunque con medidas preventivas para tratar de mantener las distancias por el covid-19 que en algunos casos se incumplen.
En las playas de Elche, el hecho que aún no se haya activado el plan para controlar el aforo hizo que se registraran algunas aglomeraciones y problemas de aparcamientos. Poco se diferenciaba la jornada de un inicio de verano normal.
A mediodía se apreciaban algunos puntos como el extremo del Carabassí, cerca del Clot de Galvany, y Arenales de Sol, repletos de visitantes. Uno de los indicadores de la alta afluencia fue el aparcamiento, ya que ya se apreciaban problemas para estacionar el vehículo. Playas coloridas con infinidad de sombrillas y familias al completo pese al covid-19.
Elche anunció el jueves cómo será el plan de contingencia para precisamente para prevenir aglomeraciones y facilitar la rotación. Así las cosas, cerrará un solar de 30.000 m2 y permitirá estacionar un máximo de cuatro horas en las principales avenidas. Y las playas se dividirán en sectores de 100 metros para controlar la afluencia. Estas medidas se implementarán a partir de esta semana.
