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CORONAVIRUS

Una ambulancia que nunca llegó

Enfermó el 17 de marzo y, ya con fiebre y antecedentes de neumonía, se pidió un transporte urgente, pero murió el día 18 sin salir del geriátrico

María Isabel Martínez, feliz en el geriátrico donde vivía, a un kilómetro del Hospital del Vinalopó, en una foto facilitada por su hermana. INFORMACIÓN

«Siempre fue como una niña pequeña que nos aportaba mucha felicidad», así recuerda con una voz que se quiebra al recordarla María Asunción Trives a su hermana, Maria Isabel, fallecida el 18 de marzo, y a la que aún no ha podido despedir en un sepelio con su otro hermano, quien reside en Madrid y por este motivo no ha podido desplazarse a la provincia en estos meses. Han pasado casi tres meses desde la última vez que hablé con ella y sigue destrozada porque no entiende qué les ha ocurrido. «Se murió sola y eso es algo que no podemos olvidar».

Esta familia ilicitana no se ha recuperado ni ha podido pasar página porque no sabe aún qué les pasó. INFORMACIÓN publicó en su edición del 20 de marzo que María Isabel había fallecido en el geriátrico 23 horas después de ser solicitada por la dirección una ambulancia para su traslado al Hospital. Con fiebre y antecedentes de neumonía era lo más aconsejable, pero el vehículo urgente nunca llegó. Es más, aquel día acudió una ambulancia al centro de mayores pero no se llevó a nadie. Su hermana recuerda con extrañeza aquel suceso a las puertas de un geriátrico que ya no dejaba entrar a familiares y pensó que la trasladarían en algún vehículo protocolizado, pero éste nunca llegó mientras pasaban las horas.

Por la tarde la fiebre bajó y se tranquilizaron. De aquella noche, la última en el geriátrico, nunca se despertó. La Conselleria de Sanidad no dio respuesta a este diario entonces cuando se le demandó algún tipo de explicación y el propio alcalde, Carlos González, quien aseguró públicamente que se interesaría por el caso, no ha vuelto a decir nada. Han pasado tres meses y serán los tribunales los que tengan que poner un final porque con María Isabel tras su muerte se siguieron los protocolos que en aquellos días se habían puesto en marcha: incineraciones y nada de autopsias, algo que reclamó la familia sin éxito.

«Toda la vida la hemos cuidado -recuerda María Asunción-. Con dos añitos tuvo una meninguitis y se salvó de milagro. Tenía una discapacidad psíquica, que no se le notaba, pero quien no la conocía no lo sabía. Siempre fue el centro de nuestra casa, con nuestros padres y nosotros, que éramos seis hermanos. Siempre estaba contenta, era una persona muy especial, sonriendo aunque estuvo toda su vida enferma». Durante los últimos años sufrió problemas físicos y acabó en una silla de ruedas. Decidieron que en geriátrico estaría todo el día mejor atendida y ella allí era feliz.

«Recordamos el último cumpleaños, poco antes de la pandemia y la última vez que estuvimos juntas. Ya no dejaban entrar al geriátrico pero teníamos una cita para el dentista y fuimos. Ella siempre estaba muy contenta. Fue la última vez que estuvimos juntas». María Asunción dice que, con el caso de su hermana, «el geriátrico creo que obró bien. Vamos a tratar de averiguar qué es lo que pasó. Yo pienso que murió por una neumonia como consecuencia de la covid. Estoy convencida, como también de que no quisieron llevarla aquel día al Hospital. Se agobiaron con lo que les venía encima. No fue un error. Me parece vergonzoso e inmoral lo que pasó con mi hermana. En el Hospital se publicó dos días más tarde que sólo había cuatro personas ingresadas por el virus. Tenemos que saber qué pasó».

El juzgado pide el registro de las llamadas al «112»

El centro de mayores, ya cerrado a las visitas, estaba a poco más de un kilómetro del hospital al que debían llevarla

A falta de respuestas por parte de la Administración, a la familia no le quedó otra que presentar una denuncia en el juzgado que ya está en trámite, aunque apenas se ha movido este asunto, como cientos que aguardan su momento por la parálisis que también están sufriendo todos los órganos judiciales.

Lo más importante, entiende la familia, es establecer el registro de llamadas al servicio de emergencias del «112» que se realizaron aquel día desde el geriátrico, cuya dirección confirmó el pasado mes de marzo a este diario que realizó las gestiones para el traslado en ambulancia de la enferma a un hospital. Un portavoz de la empresa que lo gestiona aseguró que desde la dirección se avisó posteriormente a la familia, informando de que María Isabel tenía fiebre y que se había solicitado una ambulancia para su traslado. De hecho, la familia se desplazo al exterior de las instalaciones, que distan poco más de un kilómetro del Hospital del Vinalopó, para acompañar a la enferma que, al ser discapacitada, necesitaba que alguien se quedara con ella.

A resultas de esta prueba se solicitarán probablemente declaraciones y un informe a la propia Conselleria de Sanidad. Durante aquellos días de marzo, según constató este diario por las llamadas de numerosos lectores, el servicio de emergencias del «112» estuvo completamente desbordado y nadie sabía cómo atender la casuística de peticiones de todo tipo que se realizaron y que desbordaron cualquier previsión. En cualquier caso, las llamadas quedan registradas por protocolos de seguridad y se abre una ficha con cada una de ellas. El objetivo de la familia es localizar la suya.

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