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El Ayuntamiento de Elche adjudicará sin retrasos y en un mes el contrato más alto de su historia

La licitación de las basuras, por más de 327 millones, entra en su fase final a expensas de que, a resultas del mismo, se presenten recursos

El Ayuntamiento de Elche adjudicará sin retrasos y en un mes el contrato más alto de su historia

El contrato de la basura de Elche, el más importante de la historia del Ayuntamiento, con un precio inicial de licitación de 327,4 millones de euros, se adjudicará este mes o, como mucho, a comienzos de julio, según asegura el portavoz del equipo de gobierno, Héctor Díez, quien cree que se está dentro del plazo previsto, pese al contratiempo que ha supuesto la pandemia y con los técnicos municipales trabajando desde sus casas en muchos casos. A finales de 2019 se tuvo que prorrogar de forma extraordinaria la contrata con Urbaser, por un periodo máximo de 9 meses que vence en septiembre.

El edil asegura que los dos funcionarios encargados de estudiar las ofertas han realizado sin contratiempos durante los tres últimos meses la tarea de ir analizando el voluminoso material presentado por un total de cinco grandes empresas del sector que, en alguno caso, se ha presentado formado una UTE (Unión Temporal de Empresal). Se trata de la UTE Urbaser y FCC; que compite con Cespa (compañía de Ferrovial); Valoriza Medio Ambiente; y Entorno Urbano y Medioambiental S.L.

Según expresó el portavoz municipal, el objetivo es realizar «sin retraso» la adjudicación provisional y cerrar sin errores el informe final de los técnicos para evitar que se pueda producir algún recurso, algo que ni mucho menos se descarta. «En otros municipios donde se han procedido adjudicaciones ya ha pasado y nos estamos centrando en evitar cualquier problema, pero no existen garantías», añadió Díez, quien aseguró que, de producirse, versarían más sobre la forma que sobre el fondo, al tiempo que recordó que ya el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales tuvo que pronunciarse el pasado julio sobre el contrato en sí a resultas de una reclamación que presentaron empresas y colectivos ecologistas. «Pese a que por medio pueda estar agosto, pensamos que cualquier cuestión se resolvería en un par de meses por lo cual se podría producir la adjudicación definitiva durante septiembre»; es decir, dentro del plazo de la prórroga. Héctor Díez añadió que no puede garantizarse que esto sea así y que lo más agradable tampoco sería que, con los sobres abiertos, una empresa -en este caso Urbaser- tuviera que seguir adelante con el servicio a sabiendas de que no ha sido la elegida, lo que es una posibilidad. El equipo de gobierno que lidera Carlos González decidió sacar a licitación el concurso en una de las últimas decisiones ante de las municipales, lo que le granjeó las críticas de la oposición, que consideraba que debería haber sido el nuevo gobierno que saliera de las urnas el que iniciara el proceso. En esos momentos, el PSOE llevaba ya más de dos años trabajando en el pliego del contrato, con mucho secretismo para evitar cualquier filtración. De hecho, en todas sus apariciones el regidor se ha referido al mismo con la palabra «garantista» a sabiendas que va a ser la principal factura que cada mes vayan a pagar los ilicitanos. ¿De cuánto será? Eso es algo que se desconoce porque va a depender de la oferta económica y de cómo se valore pero lo que sí estaba claro es que el primer año iba a tener un coste aproximado de 28,5 millones de euros, lo que suponía un incremento del 20%, aproximadamente, sobre el precio del actual, que presenta muchas lagunas y que con el nuevo se pretenden suplir.

Mejoras de un servicio anticuado

El equipo de gobierno quiere suplir el importante aumento del gasto del contrato «vendiendo» a la ciudadanía que se trata de un servicio muy mejorado, principalmente en maquinaria y servicios que, aunque en muchos casos no vean los ciudadanos, se reflejarán en cómo los ilicitanos eliminan la basura. Y esto lo quiere hacer coincidir con el hecho de que concluirá en 2030, año en el que pretende tener un sello de ciudad verde europea del que tan lejos está en la actualidad por, precisamente, contar con un servicio tan anticuado.

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