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CORONAVIRUS

Preocupación vecinal por los ruidos por la ampliación de las terrazas y sus horarios

Afectados que luchan contra la contaminación acústica temen que el covid-19 sea una excusa para la permisividad

Terrazas en el centro de Elche.

Nunca llueve a gusto de todos. El anuncio por parte de muchos ayuntamientos de la provincia de permitir la ampliación en el número de sillas y mesas en el exterior, así como de extender los horarios o adelantar los que están vigentes durante verano para las terrazas del sector de la hostelería, con el fin de ayudar a su reactivación económica, también tiene su cara B. Vecinos y colectivos que llevan años combatiendo la contaminación sonora en las ciudades se temen lo peor: que aumenten los ruidos incluso más que antes de la pandemia.

Antonio García, el letrado ilicitano conocido como el «abogado del ruido», señala que ya le están llegando inquietudes sobre este asunto no solo de la provincia de Alicante, sino también de Madrid, Barcelona o Málaga. «Todo esto va a suponer un incremento de la actividad y a más actividad más ruido», indica García, quien defiende lo que él llama la existencia de «terrazas amables».

A su juicio, existen cauces para gestionar estos problemas. Uno de ellos son los observatorios del ruido, algo que, por ejemplo, el Ayuntamiento de Elche acordó crear en sus ordenanzas. «Sería un punto de encuentro de todas las partes, de todos los agentes de asociaciones de vecinos y hosteleros», apunta este letrado, quien se muestra partidario de «buscar una entente y una forma de actuar antes de que exista ese choque».

Informar, hablar y escuchar

Para Antonio García, no es tanto el no o el sí a las terrazas sino cómo se va a hacer esa ampliación de mesas y sillas y de horarios y si se va a escuchar a los vecinos. «Hay que lanzar mensajes claros en temas de contaminación acústica. Hay que hacerlo bien y eso supone informar, hablar y escuchar a los agentes implicados», agrega, para subrayar por último: «Sí a la actividad económica, pero protegiendo la salud de las personas».

Por su parte, la Asociación Afectados por el Ruido de Elche tiene poca fe en que las cosas vayan a mejor en tema de contaminación acústica. Al menos en Elche. De hecho, aseguran que la sentencia del Tribunal Supremo, donde, por ejemplo, se recoge que las terrazas no pueden estar dispuestas en zig-zag, porque entre otras cosas no se está ayudando al paso de invidentes, sigue sin cumplirse en calles como Hospital. Ni tampoco otra reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (que podía ser recurrida) sobre la zona acústicamente saturada del entorno de la plaza de Les Eres de Santa Llùcia. «Nos preocupa que el covid-19 sea una excusa para incumplir no una, sino dos sentencias», indican desde este colectivo.

La asociación pide, en general, que los ayuntamientos sean definitivamente escrupulosos en la aplicación de sus ordenanzas y la ley. «Somos conscientes de que es un tema grave, pero siempre hay un límite en todo. El sistema económico que rige no debe vulnerar los derechos fundamentales», señalan en alusión a que en el tema de las terrazas no todo vale y no se debe olvidar que la gente tiene derecho a descansar.

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