La decisión del Gobierno de que gran parte del País Valenciano siguiera en la denominada Fase 0, en el proceso de desescalada, y no pasar a la Fase 1, en la que había un mayor margen de movilidad y actividad para la ciudadanía, ha supuesto una sorpresa y decepción mayúscula.

Téngase en cuenta que, entre las áreas sanitarias que no pasan de fase se encuentran las de las cuatro mayores poblaciones de la Comunidad: Valencia, Alicante, Elx y Castellón.

Hasta que el Gobierno tomó ésa decisión todo apuntaba a que nuestra Comunidad avanzaría de fase sin ningún problema. Los datos que se nos suministraban apuntaban a una situación que, sin ser de las mejores de España parecían estar por encima de la media e, incluso, mejores que algunas que sí han obtenido el pase. Y si nos atenemos a las declaraciones públicas de nuestras máximas autoridades, tanto Ximo Puig como President de la Generalitat como Carlos González, Alcalde de Elx, nos dijeron que el pase a la siguiente fase era casi automático, teniendo en cuenta las estupendas circunstancias en las que decían que estábamos. Incluso días antes de la decisión, se le dijo en Madrid a la consellera Barceló que el informe de lo nuestro era de "matrícula de honor", transformado a los pocos días en "matrícula de horror" al dejarnos fuera, sin mayores explicaciones.

Y eso es lo llamativo del asunto: las pocas explicaciones que hay. Parece que hay datos que no cumplimos, pero también parece que se pidieron a última hora, y también parece que otras CC.AA. estaban igual o peor que nosotros y han pasado. Situaciones todas ellas que merecen mayor explicación. Todos hemos sido afectados. Se nos había asegurado que estábamos mejor de lo que el Gobierno ha considerado y es delicada la situación. Mucha gente se había creado legítimas expectativas e, incluso, había invertido dinero para reiniciar actividades paralizadas. Para nada, de momento.

Es de esperar que, esta semana, todo se aclare y podamos pasar a la fase 1. No hacerlo sería motivo de preocupación mayúscula. El Gobierno y el Consell deberían dar muchas explicaciones. La ciudadanía está siendo ejemplar, pero exige claridad, transparencia e igualdad entre todos a la hora de que se tomen decisiones que nos afecten. Hablamos de temas delicados y exigir claridad es lo mínimo que se puede pedir. Y todo ello sin querer hablar de las teorías conspirativas que, por ahí circulan, sobre si hemos sido o no moneda de cambio con otras CC.AA.

Y, siendo conscientes de que la pandemia aún está presente, hemos de ser responsables ante ella. Pero también hemos de pensar en lo que ha pasado para tomar nota de cara al futuro. Queda clara la necesidad de reforzar los pilares públicos básicos del Estado del Bienestar: Sanidad, Educación, Servicios Sociales, etc. así como reforzar las políticas de Igualdad, Investigación, Medio Ambiente, etc. Con la nueva normalidad, se abren oportunidades de hacer mejor las cosas y nuestras ciudades. Abrir nuevos espacios peatonales, pacificar el tráfico privado, ofrecer mejores posibilidades para la convivencia ciudadana se ha vuelto más necesario que nunca.

En ésa línea, la semana pasada se reivindicaba la necesidad de que proyectos como el de la peatonalización de la Corredora no se volvieran atrás, como ya ha sucedido en más de una ocasión. Afortunadamente, el equipo de gobierno acaba de anunciar que piensa licitar dicho proyecto e, incluso, poder iniciar las obras antes de las fechas previstas al no tener que supeditarlas a las fiestas patronales. Sería una magnífica noticia ya que posibilitará ganar una importante vía que, ahora, sólo sirve para que circulen coches en tránsito, sin posibilidad de detenerse y por una calle con las peores condiciones para ello. El Ayuntamiento demostraría una voluntad real por aplicar una de las más efectivas medidas para mejorar el tráfico en la ciudad y hacerla más habitable, otorgando más espacio al peatón y la convivencia ciudadana. Algo que, por cierto, podría haberse aplicado en este período de confinamiento en el que, al igual que otras ciudades que sí lo han hecho, podría haberse restringido la Corredora al escaso tráfico que por allí ha circulado y permitir que, ahora y en sus franjas horarias, pudiera disfrutarse dicha calle por toda la ciudadanía a pie y tranquilamente.

El coronavirus está siendo derrotado y todos debemos aprender de esta pandemia. Pensar más en la gente común, también es pensar que otro mundo mejor es posible.