Los drones no son el futuro, son el presente. La Policía Local de Elche nunca pensó hace unos meses, cuando adquirió uno, que terminaría convirtiéndose en un aliado inesperado en plena pandemia para saber qué estaba pasando en puntos del término municipal que le son difícilmente alcanzables, como terrazas, sus extensos kilómetros de playas o su naturaleza, con parajes cmo el Clot de Galvany, las pinadas de La Marina o el Pantano. La lucha contra el incumplimiento del confinamiento le está llevando ahora a sobrevolar, además, desde el sábado el cauce del Vinalopó para saber si lo que hay son corredores o no y si algunos ciudadanos se dedican a actividades no autorizadas. Todo ello para hacerse los agentes una radiografía más aproximada de la realidad. Tienen ojos desde el cielo y consideran que tan buenos como si se tuvieran un helicóptero... y más silencioso. Las primeras impresiones de la fase 0 son positivas por lo que se ve desde el aire, aseguran desde la Jefatura Local.
La autorización para sobrevolar un dron en un municipio no es fácil y menos en Elche por sus características. La Policía Local es una de las pocas del país que tiene permiso para ello, concretamente de Enaire, el gestor de Navegación Aérea de España, que controla más de 2 millones de kilómetros cuadrados de espacio aéreo. Cada día salen a trabajar con una autorización previa de este organismo que sabe dónde se van a realizar exactamente los vuelos porque se le tienen que facilitar las coordenadas y los horarios. El dron se dirige por dos policías, uno de ellos es un oficial que tiene el título de piloto de avionetas.
Organización
Desde la Jefatura Local se organiza todo en función de las necesidades. De este modo, por ejemplo, el pasado sábado la instalación de «Mercurio», el camión que sirve como puesto de mando avanzado y desde el cual se controla el dron y donde se graban las imágenes que éste recoge en sus vuelos, se realizó en el Puente de Canalejas porque el objetivo era comprobar cómo se estaba desarrollando la primera jornada de desconfinamiento para hacer deporte y pasear. Al día siguiente, por ejemplo, el objetivo era otro.
Antes del sábado el dron ya se había convertido en un elemento muy útil principalmente para saber lo que estaba ocurriendo en las terrazas, si se hacían o no fiestas, si los vecinos realizaban actividades no permitidas, si los niños se mezclaban de varios pisos...
El dron, al estar dotado de un altavoz, permite a los agentes desde el vehículo de asistencia dar advertencias que, en el caso de no ser seguidas, llevarían a que se enviara a alguna patrulla a tomar otras medidas o sanciones, en función de los casos. Eso sin contar que en los controles de vehículos se estaba vigilando a distancia a aquellos conductores que antes de llegar a los agentes se dan la vuelta para evitarlos por un motivo que, habitualmente, nunca es bueno.
Misiones
Ahora, con el inicio de la Fase 0 del desconfinamiento se está dando más trabajo a los policías y el dron se ha convertido en un aparato más útil. A medida que se pase a otras fases, quizá su trabajo pase más desapercibido, pero desde la Policía, a buen seguro, le encontrarán un uso que no pueden dar con patrullas. Su principal labor se centrará en los próximos días, consideran, en las playas donde es más fácil ver desde el cielo, a 20 metros de altura, lo que ocurre que tener que recorrerlas por los agentes a pie.
Y, cuando pase la pandemia el dron se quedará con la Policía que ya tiene cometidos para él, como la vigilancia de playas de modo que pueda, en un momento dado, lanzar sobre cualquier bañista con problemas un salvavidas hinchable que demuestre el acierto que ha sido su adquisición.
