El impacto negativo que la actual pandemia está ocasionando a la sociedad es incalculable. No hay referentes históricos y, lo peor, ni se sabe cuándo y cómo acabará. De lo que sí hay constancia es de los muchos efectos y víctimas que está dejando a su paso.

Uno de ellos se da en el tema del empleo. Ya conocíamos los datos que, a nivel de paro registrado, se publicaban del pasado mes de marzo. Y eso que la actual situación sólo afectó a la mitad de dicho mes: Un aumento de 302.265 parados y una pérdida de 900.000 cotizantes en la Seguridad Social. Un desplome desconocido en tan poco tiempo. En Elx, recordemos, creció el paro en 2.286 personas.

Los datos de abril pueden confirmar un desplome mayor de estas cifras, detrás de las cuales hay que tener en cuenta que hay personas y familias enteras con ellas. También ahora podemos conocer otras cifras de afectados por esta pandemia. Según cifras del Ministerio de Trabajo, al 19 de abril, se habían presentado 515.554 expedientes de ERTE para su tramitación, que afectaban a 4.060.326 trabajadores. Esta figura legal evita la caída al paro de estas personas, facilita la continuidad de las empresas implicadas y permite el cobro de unas cantidades a estos trabajadores mientras dure la situación. Es una apuesta fuerte y decidida por parte del Gobierno para evitar males mayores. El propio Banco de España ha calculado que, en su previsión más optimista, los ERTE pueden costar unos 6.000 millones de euros a las arcas públicas. Es una muestra, junto a otras, del criterio del actual Gobierno para evitar que sean los trabajadores los únicos que paguen la factura de la crisis. Mientras algunos, en época del PP, se especializaron en rescatar bancos, a costa de miles de millones de dinero público perdido para siempre, y que otros se enriquecieran aún más de lo que ya lo eran, ahora y con todas las dificultades obstruccionistas de la oposición, se pretende rescatar personas y empresas viables. Y recordemos que, también, casi un millón de autónomos han solicitado la prestación por cese de actividad. Un panorama muy preocupante en toda España.

A nivel del País Valenciano, al 19 de abril, con datos facilitados por CC OO, se habían presentado 61.193 ERTE, que afectaban a 364.502 personas, de los cuales 24.293 expedientes correspondían a la provincia de Alicante con 121.070 trabajadores afectados. De ellos, nada menos que 96.960 son del sector Servicios y 17.922 de Industria, entre otros. Lamentablemente no se facilitan datos a nivel municipal, por lo que no podemos saber en Elx cuál es la incidencia, aunque basta comprobar el nivel de actividad para sospecharlo.

En todo caso, está claro que hablamos de cifras espectaculares. De su mayor o menor incidencia dependerá la duración de la situación de crisis y confinamiento. En todo caso será demoledor. Se trata, ahora, de salvar el mayor número de empresas, comercios y actividades y, con ello, el máximo número de puestos de trabajo. Y, mientras tanto, hay que preparar al país para el día después. Ahí hace falta la participación de todos: gobierno y oposición. En momentos así todos tienen que arrimar el hombro. El Gobierno debe facilitar la información y participación, pero la oposición no puede priorizar sus intereses partidistas o sectarios en este momento. Tiempo habrá para ese debate, ahora hay que proponer y ayudar, tal y como se hace en casi toda Europa y no el de torpedear interesadamente.

Y, en ésa línea de buscar soluciones a la situación, hay que urgir a que el Gobierno, previo debate interno y con el resto de fuerzas, apruebe cuanto antes ése modelo de Renta Mínima, Renta de Inclusión o cómo se le quiera llamar. Si antes de la pandemia, la situación de muchas personas en España estaba muy afectada por el riesgo de pobreza y exclusión social (más de un 20% de la población), la nueva realidad ha venido a agravarla. Se necesita urgentemente una solución a situaciones dramáticas que no pueden esperar. Ahí el Gobierno debe actuar urgentemente y toda la sociedad debe ser sensible a esta realidad y luchar para superarla.

Resolver estas cuestiones es la mejor manera de defender a ésa España que, para muchos, sólo se limita a lucir la bandera en los balcones o en las muñecas. Nuestro país es mucho más que eso, es su pueblo el que es importante. Ayudémosle en sus cuestiones más necesarias.