La concejala de Gestión Financiera y Tributaria del Ayuntamiento de Elche, Patricia Macià, ha anunciado hoy en una comparecencia telemática que el equipo de gobierno dedicará otros 2,18 millones de euros más a cubrir el gasto social extraordinario que se está generando por la crisis del coronavirus. Este dinero saldrá del superávit de 2019, del que se darán explicaciones al resto de grupos municipales el próximo día 22 en un pleno extraordinario y telemático que tendrá como principal protagonista a los números, pues se rendirán las cuentas sobre cómo fue la gestión económica del pasado año y, en especial, los informes referentes al cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria que, según avanzó la edil, son positivos. Además, en la misma sesión, se procederá a la modificación del presupuesto de 2020 para que 5,6 millones de euros se destinen también a las ayudas sociales, tal y como avanzó hace algunos días el alcalde, Carlos González.

Los compromisos que está adquiriendo el Ayuntamiento ilicitano, el último de ellos con autónomos y micropymes, obligan a quitar inversiones inicialmente previstas para ser sustituidas por necesidades y compromisos que adquiere el equipo de gobierno por esta situación sobrevenida, lo que obedece a una directriz que quiere marcar el grupo socialista junto a su socio, Compromís. En cualquier caso, según Macià, existe "un bajo nivel de endeudamiento y un cumplimiento de los límites de gasto y pago a proveedores", todo lo cual justifica esta solvencia económica a la hora de la toma de decisiones.

Esta nueva inyección social se produce gracias a que el pasado año se cerró con un superávit de 10,9 millones de euros (es decir, esa fue la diferencia entre gastos e ingresos). De esa cantidad, el gobierno local ha decidido dedicar la mayor parte que le permite la ley, un 20%, a ayudas por el estado de alarma generado por el coronavirus, el confinamiento de familias y que muchas no tengan ingresos porque no pueden trabajar. Además, Patricia Macià dejó caer en su comparecencia que el equipo de gobierno no descarta tener que realizar a corto o medio plazo otra modificación presupuestaria si fuese necesario para seguir dando más ayudas sociales y, al mismo tiempo, cuadrando las cuentas, lo que supondría tocar las áreas que más lustre da a cualquier gestión de gobierno, como son las inversiones y la parte del presupuesto que algunas concejalías destinan a su promoción y a actos. Y lo dijo porque evidentemente hay ingresos que ya no se van a producir tal y como estaba previstos; por ejemplo, por la tasa de mesas y sillas; por el pago de las guarderías, que están cerradas; o por el abono de las tasas de mercadillos, también clausurados.

La concejala no precisó el destino exacto de esos algo más de 2 millones del superávit de 2019, de los se sólo se sabe que se van a destinar a ayuda social, pero sí dejó entrever el goteo de peticiones que no dejan de llegar al Ayuntamiento y que se trasladan desde los centros sociales, además de los gastos que se están generando de forma extraordinaria por la pandemia. En cualquier caso, esta partidas sociales (los 5,6 millones de la modificación presupuestaria y los 2,18 millones del superávit de 2019) se suman a las que ya estaban previstas en el presupuesto de 2020, como son otros 2,2 millones de euros para emergencia social, los 30.000 euros destinados al alquiler de viviendas, el millón de euros de las ayudas del IBI o los 38.000 euros del comedor social Altafuik. En cualquier caso se entiende que reforzarán todas estas partidas y otras.

"Solvente"

Macià reiteró varias veces en su comparecencia la idea de que el Ayuntamiento de Elche tiene una posición solvente en estos momentos, respaldada por el informe final de evaluación de la situación financiera que se dará a conocer en el pleno e incluido en el expediente de liquidación del presupuesto de 2019, y que, según dijo, certifica la consecución de los objetivos de estabilidad presupuestaria sostenida, "con bajo nivel de endeudamiento y cumplimiento de los límites de gasto y pago a proveedores". La concejala conminó al Gobierno a permitir a ayuntamientos como el de Elche a que dediquen una porción mayor de ese superávit a paliar la pobreza que está generando la actual pandemia, máxime cuando los datos (tener un remanente de tesorería para gastos generales positivo, un nivel de deuda inferior al límite que establece la normativa y un periodo medio de pago a proveedores inferior a 30 días) dan muestra de esa solvencia. "El restante 80% (del superávit de 2019) ante la situación que nos encontramos, no sabemos si se va a destinar a inversiones financieramente sostenibles (IFS) o a aquello que nos indique el Gobierno", dijo.

La concejala ha comunicado que de este informe económico que se lleva a pleno se desprende también que el Ayuntamiento de Elche cumple sobradamente con el límite de deuda. "A 31 de diciembre de 2019 debíamos a los bancos 28,9 millones de euros (un 15,73% de nuestros ingresos corrientes). "Con este porcentaje tan bajo, que a día de hoy es menor, tenemos previsto concertar una operación de crédito por valor de 5,7 millones de euros", ha señalado Maciá.

La concejala ha destacado que aquellos importes procedentes de remanentes de tesorería, que no se hayan ejecutado en el año correspondiente, deberán ser destinados a la amortización anticipada de la deuda. En este sentido, de las inversiones financieramente sostenibles (IFS) de 2018 no se llegaron a ejecutar varias por un montante de 767.880 euros y de las del 2019 no se llegó a elaborar pliegos para proyectos por un valor total de 912.724 euros. Maciá ha explicado que "este último importe corresponde al 4,95% de los 18,4 millones de euros de IFS aprobadas el año pasado. Por lo tanto, más de 17 millones de euros se incorporarán al presupuesto de 2020 destinados a los proyectos aprobados y destinaremos a la amortización anticipada de la deuda 1,7 millones de euros".

Incumplimiento de la regla de gasto

En el informe también se indica un incumplimiento de la regla de gasto en 5,1 millones de euros, un dato al que restó importancia Macià, aunque obligará al Ayuntamiento a realizar un plan económico financiero para 2020 y 2021. Según la concejala, este incumplimiento se debió a que el presupuesto de 2019 (que se aprobó ya con el nuevo gobierno municipal) se realizó por los técnicos con mucha prudencia. "Hemos gestionado y ejecutado en un porcentaje mayor de lo que se preveyó cuando se hizo el presupuesto. Veníamos de un presupuesto prorrogado que se arregló a mediados de año y los técnicos calcularon una inejecución (del presupuesto) de 18 millones de euros. Lo que ha pasado es que hemos ejecutado más. La máquina la hemos movido mucho y ejecutado cinco millones más de lo que se tenía previsto. A la hora de elaborar (el presupuesto) se fue muy prudente con la inejecución, de ahí que incumplamos".

Sobre la gestión del día a día municipal, cuando una buena parte de funcionarios trabajan desde casas, añadió que ello no impide que se haya aprobado pagos a pequeñas y grandes empresas que son suministradoras municipales por un importe de 9 millones de euros desde que comenzó la pandemia.

Informes con reparos

En otro orden de cosas, en la sesión se dará cuenta por vez primera de un informe que recoge todos los reparos que puso intervención a la gestión municipal, en su mayoría de suministros dijo la responsable de la hacienda municipal. El pasado año la cifra ascendió a 31 y, siempre según Patricia Macià, "el gasto que se ha hecho en esos proyectos de suministros no tienen el mayor problema porque tienen crédito adecuado en la partida y existía conformidad de los responsables del servicio e informes favorables de los técnicos, pero la ley te exige". Los reparos, en cualquier caso, se trasladaran al Tribunal de Cuentas.