Se cumple el tercer fin de semana de confinamiento y en Elche han tenido que idear múltiples iniciativas para darle sentido a la rutina, que se ha visto crudamente entorpecida por la pandemia del coronavirus. Los vecinos son puntuales a las 20 horas para aplaudir a quiénes se dejan la piel para frenar "al bicho", como ya muchos se refieren al Covid-19. Los ecos del Misteri sonarán también a partir de mañana. Al final las viviendas se han convertido en el refugio de la población y las calles muestran una estampa insólita a la que cuesta acostumbrarse.

Cuando llega el fin de semana la situación parece más de ciencia ficción, ya que el tráfico se reduce considerablemente. En el caso de hoy, domingo, cuesta ver a tres coches circulando a la vez por puntos tan céntricos como el puente de Altamira. Ya no hay comidas familiares en el restaurante de confianza, tampoco tardeos en la Plaça de la Mercé ni visitas guiadas por el patrimonio ilicitano. Esto conlleva que la persiana cerrada sea la tónica general y haya negocios que hayan dejado amarrado temporalmente parte de su mobiliario como mesas y sillas.

La entrada a los parques está precintada y resulta impensable ahora ver a ciclistas y deportistas corriendo por la ladera del río Vinalopó. Si lo hacen ya saben que se enfrentan a una sanción por incumplir el decreto de alarma. Sólo este fin de semana se han puesto más de 400 sanciones y ayer ya comenzó a sobrevolar la ciudad un dron que llegará a aquellos rincones donde la Policía Local no puede hacerlo como el entorno del Pantano, las playas o el Clot de Galvany.

El autobús urbano ha bajado considerablemente su frecuencia, como también lo ha hecho drásticamente el uso de BiciElx, teniendo en cuenta que este servicio sólo tiene cabida estos días por razones laborales o de primera necesidad.

En este sentido, la edil de Movilidad, Esther Díez, apunta que durante el sábado sólo se realizaron 50 préstamos,una cifra minúscula en comparación a los 459 préstamos que se hicieron el sábado previo al confinamiento. Casi la mitad de estos préstamos, además, pertenecían a estaciones relacionadas a un centro médico, sobre todo el Hospital General de Elche. Durante hoy, 29 de marzo, se hicieron 26 préstamos hasta las 15 horas, mientras que un domingo normal antes del confinamiento la cifra superaba los 300, según los datos que manejan desde el Consistorio.

Las palomas esperan atentas las migas de pan en la Plaza de la Aparadora, donde la estatua en homenaje a la mujer trabajadora también está bajo mínimos ya que la fuente tampoco tira agua "en estos días grises aunque salga el sol", aseguran algunos vecinos a este diario.

Emergencia

La actividad ha aumentado estos días en los centros sanitarios y a pesar del ambiente fantasmagórico que presenta la ciudad, hay lugares de la ciudad que tienen tránsito de personas a diario como el albergue de El Toscar, un espacio en el que cerca de 40 voluntarios de Dya y otros colectivos como Cáritas y Cruz Roja velan para que una media de 70 personas sin techo o en condiciones de vulnerabilidad tengan un cobijo durante el estado de alarma. En este emplazamiento se encargan no sólo de facilitarles el alimento y los productos de higiene, si no que les dan apoyo y acompañamiento. Además los usuarios reciben varios controles de temperatura al día para descartar síntomas por coronavirus.

Según Antonio Tarí, responsable de Dya, permanece estable el número de personas atendidas en el albergue, ya que unos días algunos deciden abandonarlo y llegan otros después. Tarí también quiere agradecer la extensa colaboración que están recibiendo de particulares que están donando alimentos y otros productos de primera necesidad así como los colegios que están entregando los productos que iban destinados al comedor escolar.