La Corredora ha quedado despejada de andamios. Después de dos meses de obras, los dueños del antiguo edificio de la Falange han finalizado los trabajos para reparar la fachada protegida situada en la Glorieta tras estar todas las Navidades con redes y una pasarela. Ayer por la tarde, los operarios empezaron a retirar todo el material y a despejar la céntrica calle.

El emblemático inmueble hizo saltar las alarmas en diciembre, cuando una mañana los vecinos se despertaron con parte de la acera cortada por los daños aparecidos en una de las cornisas. Sin embargo, en menos de 24 horas, el Ayuntamiento obligó a poner medidas de seguridad en la fachada protegida por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para evitar desprendimientos.

Después de aquello se supo que el inmueble necesitaba una rehabilitación y que sus propietarios pidieron en septiembre la licencia en Urbanismo. Las obras que ha necesitado el edificio han sido para impermeabilizar la cubierta y el frontal, cuyos problemas se hacían evidentes cada vez que llueve. Cuando esto ocurre, las goteras caen y caen durante horas a la calle.

Los trabajos no pudieron comenzar hasta después de Reyes, al coincidir los últimos desperfectos con el arranque de la Navidad.

La imagen que durante meses presentó la Corredora generó críticas vecinales al recordar la situación al estado en el que se encuentran desde hace años otros inmuebles históricos del centro, como El Progreso o el Mercado Central. Por fortuna, los desperfectos no han ido a más y la estructura, según fuentes municipales y del inmueble, está en buenas condiciones, por lo que la discoteca ha abierto sin ningún riesgo, al igual que los locales comerciales y de ocio.