La Sección Séptima de la Audiencia Provincial está realizando señalamientos a finales de 2023, evidenciando el colapso que arrastra desde hace más de 10 años, según reconocen desde el propio tribunal ilicitano. El pasado 2019 lograron dar salida al mismo número de asuntos que entró, gracias, en parte, al plan de choque de la Fiscalía, que reconocen que fue una bocanada de aire fresco para desatascar casos acumulados. Sin embargo, no es suficiente, pues si bien el hecho de dar salida al mismo número de casos que recibieron no aumentó ese colapso, tampoco fue posible reducirlo. La Sección cuenta actualmente con ocho magistrados, seis titulares y dos suplentes. Sin embargo, carece de presidente desde meses por la enfermedad de su titular, José de Madaria, quien tristemente falleció el pasado tras dos décadas al frente de la sala.
Su función la asume temporalmente Gracia Serrano, hasta que salga la plaza a concurso, algo que desde la Audiencia esperan que ocurra antes del verano. Cristina Ferrández, José Teófilo Jiménez, Mercedes Matarredona y Francisco Javier Saravia completan la lista de magistrados, a la que se suma otra jueza que sustituye a Joaquina de la Peña, quien está de baja. Otros dos suplentes cubren las plazas del magistrado Manel Martínez, ponente del Brugal y exento de actividad judicial hasta que ponga la sentencia del macrojuicio, que concluyó en diciembre; y de José de Madaria. Los refuerzos que tenían para desatascar la sala cesaron en diciembre, según fuentes de la Audiencia, y no se renovaron -aunque uno de ellos pasó a suplir la baja de Madaria-.
No obstante, desde la sala señalan que lo que necesitan no son más refuerzos. Los ocho jueces tienen a su disposición a 18 funcionarios, y aunque los casos se reparten por igual entre todos, «es muy difícil manejar un equipo tan grande. Son ocho personas pidiendo expedientes a otras 18 y al final el funcionario no sabe ni quién le ha pedido qué, ni cuándo, ni el juez sabe quién lleva cada caso. El mayor problema no es el volumen de entrada sino la organización del trabajo. Es muy difícil que una persona sola esté al mando y organice la labor de tanta gente. Sería mucho más operativo dos equipos de cuatro jueces, con nueve funcionarios cada uno», señalan las mismas fuentes. De esta forma rechazan el dudoso honor de ser la sección de España con mayor número de magistrados y piden que, si no se desdobla la sección y se crea otra nueva, al menos, «haya un juzgado bis que divida el trabajo y el personal».
La complejidad de las causas es otro lastre, ya que asume también los casos derivados de Vega Baja, con un índice delictivo y de mayor volumen de trabajo. «Acaba de entrarnos un caso de drogas desde allí con 59 acusados, casi el doble que los del Brugal, por poner un ejemplo de lo que hay», señalan.
Juicios
En un intento de organizar mejor el trabajo, la sección VII de la Audiencia ha cambiado en los últimos meses la forma de repartir los juicios, de modo de se ha fijado un día a la semana para que cada magistrado realice las vistas y así sepa con antelación cuándo estará en sala y cuándo hará trabajo de despacho.
La carga de trabajo y el volumen de resolución ha sido objeto de inspección en numerosas ocasiones en los últimos años. La última de ellas, a finales de 2017, obligaba al organismo a dar salida a 115 casos en dos meses, los más antiguos.
En los próximos meses, se prevé otra, aunque desde el tribunal señalan que, cada cierto tiempo, les piden datos desde la Inspección del CGPJ lo que «nos ralentiza aún más, porque al final acabamos trabajando el mismo tiempo para la Inspección que para el ciudadano, pues hay que organizar y preparar todos los datos que piden, que no son pocos».
Los jueces aseguran estar en condiciones de trabajo «precarias»
Los jueces aseguran estar en condiciones de trabajo «precarias»Expedientes acumulados en el suelo por falta de armarios y despachos sin ventilación y compartidos centran las quejas
Las reivindicaciones de los magistrados de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial va más allá de la necesidad de reducir el volumen de trabajo, sino que se centran también en los medios con los que cuentan para realizarlo. Los centenares de expedientes que se acumulan, con hasta diez años de antigüedad, lo hacen en el suelo, mesas de trabajo e incluso en salas multiusos. «No hay armarios donde ordenar todo esto para poder trabajar, tenerlo organizado y encontrar algo con facilidad», se quejan desde el tribunal.
Tampoco los magistrados tienen unas condiciones óptimas de trabajo, pues algunos de ellos tienen despachos habilitados en zonas sin ventanas, que no están pensadas para ese fin, que en algunos casos es compartido con varios jueces, lo que dificulta aún más el trabajo. «Sin ventilación, sin luz natural, sin espacio, compartiendo despacho... así no se puede trabajar. Estamos ocho jueces en el espacio pensado para un tribunal, que serían cuatro. Es algo que no se entiende, y más teniendo en cuenta que estamos en un edificio con espacio de sobra, que tiene una planta entera, la quinta, sin ocupar», lamenta uno de los magistrados de la Sección VII.
La falta de espacio es una circunstancia que llevan denunciando desde hace años. De hecho, el Brugal estuvo en una sala de almacenaje, en el suelo, cuando se trasladó desde Orihuela y hasta la celebración del juicio.
«Trabajamos en unas condiciones precarias, la gente no es consciente de lo que hay aquí. No hay ventilación, ni hay luz natural... No se cumplen con las condiciones mínimas, no creemos que esto pasara una inspección de Trabajo», señalan desde el organismo, y añaden que «es una situación que hemos trasladado muchas veces, sin soluciones».
