Los historiadores del séptimo arte tenían constancia de que el cineasta Jesús Franco había rodado una película en Elche a finales de los años setenta. Lo que no estaba tan claro es que ese proyecto se había culminado. Gracias a la labor de investigación del programador de la Filmoteca Española Álex Mendíbil, que ha realizado una tesis doctoral sobre el director, se recuperó la copia de la cinta Vaya luna de miel y, para sorpresa, se comprobó que el largometraje está perfectamente montado y cuenta con las pistas de sonido incorporadas. Ahora toca el turno de que el filme sea exhibido por primera vez en la ciudad en el que fue rodado en 1979, algo que se producirá mañana, a partir de las 20.30 horas, en los cines Odeón, con entrada libre hasta completar el aforo de la sala.

El acto de recuperación del patrimonio audiovisual ha sido organizado por el Cineclub Luis Buñuel y cuenta con la colaboración de la Filmoteca Española, el Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó y el Ayuntamiento. Los espectadores que acudan mañana a ver la proyección tendrán que tener en cuenta que van a encontrarse una película que se rodó hace más de cuatro décadas, por lo que no deberán de extrañarse al contemplar una obra de lo más bizarra, en la que Jesús Franco aprovechó los encantos naturales de Elche para situar la historia en una isla paradisíaca. Como reza el título del filme, las imágenes empiezan relatando una luna de miel en lo que parece una película romántica. Nada más lejos de la realidad, ya que, sin destripar su argumento, se acabará convirtiendo en una cinta de acción con ciertos toques del cine negro.

Estampas ilicitanas

Los ilicitanos que vean la película podrán reconocer muchos de los lugares más icónicos de Elche, como el Parque Municipal, con la Rotonda, el restaurante o el estanque de los patos, el hotel Huerto del Cura, desde la recepción hasta la piscina, el Paseo de la Estación o el aeropuerto. Jesús Franco inició el rodaje de Vaya luna de miel en lugares de Portugal como la capital Lisboa o las playas de Caparica y Sintra pero la mayor parte de la grabación se realizó en Elche, junto a alguna escena más que tuvo a Benidorm como escenario.

«Es una película muy divertida, que empieza siendo romántica y acaba en una aventura en la que aparece hasta la mafia asiática. Jesús Franco convirtió Elche en una especie de isla caribeña a la que llamó Banana», explica el divulgador de cine José F. Cámara. «Encontrar esta cinta ha sido una sorpresa porque no la recuerda nadie vinculado al cine en la ciudad. Nos gustaría dar con alguien», añade.