La Conselleria de Sanidad culpó ayer a la concesionaria del servicio de Radioterapia de que uno de sus dos aceleradores lineales con los que cuenta el servicio en el Hospital General de Elche vaya a acabar siendo chatarra porque, dice, ha decidido no cedérsela a la administración para seguir sacándole partido pues se encuentra en perfecto funcionamiento. Como ya ha publicado INFORMACIÓN, los trabajadores se han quejado de su desmantelamiento pues Sanidad va a instalar en su lugar una cedida por el empresario Amancio Ortega, que será gestionada de forma pública, en vez de ampliar a tres el servicio que reciben los pacientes de oncología. Sanidad sale al paso de las críticas de trabajadores y del PP porque hasta mayo, cuando esté instalada la nueva, sólo se contará con un acelerado y habrá que desviar pacientes a otros centros tanto públicos como privados para recibir su tratamiento.

«El destino del acelerador desinstalado compete únicamente a la empresa privada. Es decir, es ella la que decide qué hacer con él. El hecho de destruirlo y no donarlo, por ejemplo a la Sanidad Pública, que ha contribuido enormemente a su amortización, es decisión de ellos», remarcó la Conselleria a este diario, criticando que pese a los más de 15 años que ha durado la concesión, se haya optado por no dejar la máquina en el hospital.

Búnker

El acelerador lineal dejó de funcionar a finales de enero, cuando comenzó su desmontaje para instalar en ese mismo búnker el donado por Amancio Ortega. Desde el hospital señalaron en su momento que no había un espacio habilitado para albergar un tercer acelerador, pero ayer señalaron que, de haberse mantenido por parte de la empresa la antigua maquinaria, se habría buscado una alternativa para albergar un tercer búnker, ya que sí hay espacio físico en el anexo II del edificio, donde se ubica el servicio.

Los trabajadores desconocen cuál será su futuro después de que algunos lleven trece años trabajando para la concesionaria en el Hospital General de Elche.