Para los ilicitanos, hablar de Andalucía es hacerlo de algo muy nuestro, de un vínculo que nos une de manera inseparable por miles de experiencias de vida que han sembrado en nuestra ciudad unas raíces que prenden desde lo más profundo de nuestros corazones. Hoy, 28 de febrero, los andaluces celebran el día de su comunidad, y recuerdan que hace exactamente 40 años realizaron un referéndum de autonomía que les dio autogobierno y les reconoció identidad como pueblo.

Un poeta tan querido y sentido por nosotros, como lo es Miguel Hernández, escribió en su poemario Viento del pueblo, «andaluces de relámpago, nacidos entre guitarras y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas?». Así lo sentimos nosotros, desde el relámpago, la alegría y la pasión que los «aceituneros altivos» aportan a todo aquello que hacen, y nos unimos a esta celebración desde la fraternidad que nos inspira el Día de Andalucía.

A los ilicitanos y andaluces que vivimos en Elche no solamente nos une el territorio, el hecho de compartir un mismo espacio en nuestra ciudad. Sobre todo, compartimos familias, trabajos, esfuerzos, actividades lúdicas y culturales, derechos y obligaciones, éxitos y fracasos, alegrías y llanto. Es decir, existe una confluencia de emociones que nos hace sentir que pertenecemos a una misma comunidad unida por lazos inseparables.

Y es que la historia de Elche en el siglo XX es la historia de la repoblación, de la llegada de miles de trabajadores de fuera para ocupar, primero la industria alpargatera, y, a partir de los años 50, la industria del calzado. De esta manera, pasamos de los aproximadamente 27.000 habitantes en los albores del siglo XX a los 232.517 que somos en la actualidad, según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística a fecha de 2019.

Los andaluces protagonizaron buena parte de esa inmigración laboral con la llegada de unos 25.000 trabajadores en los años 50 y 60. Lo hicieron con una maleta cargada de ilusiones, con la esperanza de empezar una vida nueva y contribuir con su esfuerzo a que Elche sea la ciudad que es hoy. Barrios como Carrús, El Toscar, San Antón o Altabix se poblaron con trabajadores andaluces, y hoy podemos hablar de una tercera e incluso cuarta generación de ilicitanos de origen andaluz, herederos que aquellos pioneros que abrieron camino.

Por esta razón, Elche no se entendería sin el pueblo andaluz. Como heredero de aquellas familias andaluzas pioneras, y como alcalde de Elche en la actualidad, hablo con orgullo de este ejemplo de adaptación y de fraternidad que ha enriquecido a la ciudad de Elche de manera contundente. Andalucía ha aportado a Elche mano de obra, creatividad, iniciativa, fortaleza, esfuerzo, cultura, gastronomía, alegría, fraternidad, y una manera de saborear la vida que nos impulsa a tener siempre la sonrisa puesta y la mano tendida.

Gracias a esta enorme aportación, en Elche sentimos como propia la Feria de Abril, la Romería al Pantano, las Cruces de Mayo, el flamenco?, en definitiva, todas las manifestaciones que singularizan al pueblo andaluz y que en Elche hemos incorporado a nuestro ADN sociocultural.

Desde esta tribuna de opinión que me conecta con los lectores, es mi deseo felicitar a todos los andaluces, y a los ilicitanos de origen andaluz, en este día tan especial y emotivo para con sus raíces. Os animo a disfrutar de esta jornada, y transmito mi más sincero reconocimiento a la Casa de Andalucía de Elche al cumplir 31 años desde su creación, a su presidenta y a su junta directiva por la labor que están realizando. Quiero decirles que Elche lleva a Andalucía en el corazón, y que todos juntos formamos una comunidad unida por la raíz con un mismo reto: hacer de Elche una ciudad mejor donde poder hacer realidad nuestros sueños de vida.

¡Felicidades en el Día de Andalucía!