La Sección Séptima de la Audiencia Provincial condenó ayer a penas que suman 12 años de cárcel a siete acusados por delitos de tráfico de drogas que fueron detenidos en 2011 en el marco de una operación de la Guardia Civil contra el tráfico de estupefacientes en Guardarmar del Segura. Los implicados actuaban en grupo, según reconocieron ayer ante el tribunal, para distribuir hachís y cocaína en varias localidades de la Vega Baja y utilizaban una obra en Benijófar para esconder parte de las sustancias evitando ser pillados en su transporte o almacenamiento.

El caso data de finales de 2010, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de la actividad de esta banda, asentada en Guardamar. Tras las investigaciones de los agentes, que pincharon las líneas móviles de los implicados, descubrieron su modus operandi. Varios miembros del grupo eran los encargados de distribuir las diferentes sustancias, principalmente cocaína y hachís, pero también marihuana. Otros eran los encargados de almacenarlo y distribuirlo al resto de componentes, que realizaban la venta al menudeo de estas sustancias. El almacenamiento en la obra no era la única técnica que empleaban para no ser descubiertos, pues según relata la Fiscalía en su escrito una vez llegaba la droga, las dejaban en uno de los buzones de los acusados para que posteriormente la recogiera y evitar que se viera el intercambio de mercancías. Sin embargo, gracias a esas escuchas telefónicas, los agentes pudieron comprobar cómo se las arreglaban para no ser descubiertos.

En los registros efectuados por los agentes en las viviendas de los siete acusados y en los lugares donde almacenaban los estupefacientes se incautaron de más de cuatro kilos de hachís y cocaína, tanto en tabletas como preparada para su venta al menudeo.

Juicio

El juicio estaba programado para ayer y continuaba hoy, pero la Fiscalía propuso un acuerdo de conformidad durante la mañana de ayer por el que reduciría la pena de hasta cinco años de prisión a solo dos para los principales integrantes, mientras que a dos colaboradores del clan, para los que pedía inicialmente dos años de cárcel, rebajó la condena a un año al aplicar el atenuante de dilaciones indebidas debido a que han pasado nueve años desde que se les detuvo hasta que el caso ha llegado a juicio. Todos aceptaron el acuerdo, por lo que la condena, que suma 12 años de prisión ya es firme.

Sin embargo, tan solo uno de los acusados, que ya está en prisión por otra causa, cumplirá la pena de cárcel. Al resto, se les suspendió al ser inferior a los dos años y un día y al carecer de antecedentes penales computables a este caso, condicionado a que no vuelvan a delinquir.