Trece años después de comenzar a trabajar para la concesionaria que gestionaba el servicio de Radioterapia el Hospital General de Elche, una veintena de profesionales -médicos y sanitarios- no sabe cuál será su futuro ni entienden la decisión de la Conselleria de Sanidad de enviar a la chatarrería, aseguran, uno de los dos aceleradores lineales que durante años ha ayudado a salvar cientos de vidas de vecinos de la comarca del Baix Vinalopó y de la Vega Baja. Su desmontaje comienza hoy. La consellera Ana Barceló está aprovechando el final de las concesiones para dar un vuelco a un servicio que no sólo les tiene a ellos como damnificados, porque no saben qué futuro les aguarda, sino también a los propios usuarios (un millar) pues se ha decidido «desechar» una de las dos máquinas actuales (de hecho, desde mediados de enero no está en funcionamiento) para ser sustituida por una de las donadas a la sanidad valenciana por el empresario Amancio Ortega, propietario del grupo Zara, con un desembolso global de 30 millones de euros.

El otro acelerador que ha trabajado para la concesión seguirá el mismo camino que éste pero Sanidad aún no da fechas, aunque no será, a priori, a corto plazo porque se tendría que adquirir otro. El objetivo de la Generalitat es que este servicio deje de estar cubierto como concesión y se haga público. Esto sucedería a finales del año próximo, según diversas fuentes sanitarias consultadas.

Conselleria se está dando plazos para tomar las decisiones sobre cómo asumir el servicio y, en mitad, de esta situación, están los trabajadores. A priori, no cuenta con ellos después de que muchos llegaran al servicio con la concesión, asumiendo la tarea como si fueran empleados públicos hasta el día de hoy. En una contestación al diario, un portavoz de Sanidad aseguró sobre este asunto que el acelerador nuevo será dotado de personal, «debidamente contratado y formado al efecto» sin aclarar nada más al respecto. El problema no es único pues en otros hospitales donde también va a asumir la gestión pública de la concesión Ana Barceló se está encontrando con problemas parecidos.

Un acelerador lineal no es una compra menor. Es un dispositivo usado para dar radioterapia a enfermos con cáncer, suministrando rayos X de alta energía a la región del tumor del paciente. A partir de que se desmonte y hasta que se instale el nuevo (lo que está previsto para mayo), un buen número de los pacientes van a tener que ser atendidos en otros centros sanitarios (principalmente en el IMED, en el Parque Industrial), lo cual supondrá una disfunción, lamentan los trabajadores porque «el tratamiento radioterápico es un proceso que se desarrolla durante años, desde las fases iniciales de diagnóstico y prescripción, hasta las revisiones posteriores sobre el curso de la enfermedad que los facultativos especialista en oncología radioterápica y otro personal sanitario de este servicio están realizando».

¿Por qué se deshace Sanidad del acelerador? Técnicamente, porque considera que ya ha cumplido su función y no lo necesitan por su coste de mantenimiento, pero también porque tiene que instalarlo en el mismo espacio del nuevo.

Equipamiento

«La donación no planificada de equipamiento tecnológico por parte de una fundación privada ha forzado la salida de este acelerador lineal aún funcional, a fin de poder reutilizar el búnker que actualmente lo alberga», confirman los trabajadores afectados, que critican que «ante la oportunidad de rescatar el actual servicio de oncología radioterápica con su equipamiento y personal, previsto en las condiciones del pliego de licitación, y añadir un tercer acelerador que hubiese ampliado y mejorado el servicio, aumentando así la ratio acelerador/población, ya de por sí siempre baja según directivas europeas, se ha optado por tirar a la chatarra una de las máquinas actuales para instalar en su lugar el acelerador donado, en torno al cual se conformará desde cero, el futuro servicio público de Elche».

Pero la donación de este equipo, siempre según estos, no será ni mucho gratis: «Hará necesarias inversiones públicas adicionales -del orden cientos de miles de euros- para completar las necesidades del nuevo servicio (redes informáticas, TAC de simulación, sistemas de inmovilización y dosimetría€; es decir, en lugar de un servicio con tres aceleradores y 13 años experiencia, ha optado (Conselleria) por un servicio con un solo acelerador, un equipo por conformar y una importante inversión económica».