La cultura gastronómica cambia con el paso del tiempo, y, precisamente, de un tiempo a esta parte, cuesta cada vez más encontrar bares o restaurantes en Elche que ofrezcan menús del día por 10 euros o menos, por la escasa rentabilidad que ello supone para los negocios, y porque los establecimientos de comida preparada para llevar, y la llegada de este tipo de servicio a las grandes superficies, hacen que ya no sea estrictamente necesario buscar un menú en los establecimientos tradicionales para comer por pocos euros.

En este sentido, personas mayores, con pensiones bajas, y familias con pocos recursos encuentran una salida en los establecimientos de platos preparados para comer bien y a bajo coste, lo que, a su vez, está provocando cambios en el sector de la hostelería, donde hay establecimientos que han reorientado por completo su oferta para diferenciarse de este tipo de establecimientos, que cada vez proliferan más. «Ofrecemos una opción barata para comer algo diferente cada día», decían desde un establecimiento de comidas para llevar donde sirven primero, segundo y postre por 6 euros, aunque es fácil encontrar opciones por 5 cinco euros.

En Elche se estima que hay un centenar de este tipo de establecimientos y en Alicante la cifra se eleva a los 250. De hecho, hay casas de comida en los que es frecuente que cada día se hagan largas colas, y que sobre las 14 horas se hayan terminado muchos de los platos preparados. Es el caso, por ejemplo de Como en Casa o La Cuina d'Anita, en Alicante, donde tienen más de cinco trabajadores en cada negocio, y donde reconocen que estos establecimientos funcionan cada vez mejor.

«La irrupción de los platos de comida para llevar en las grandes superficies está influyendo mucho en los negocios de hostelería que están evolucionado, y apostando por ofrecer otro tipo de servicio en el que prima la calidad y el servicio», indica la vicepresidenta de la Asociación de Empresas de Servicios de Elche y Comarca (Aesec), Nieves Gil, que apunta que «esto está obligando a los hosteleros a mejorar su servicio».

Esta situación provoca que cada vez queden menos establecimientos con menús muy baratos, y los que los mantienen lo hacen a costa de reducir otros servicios, aunque reconocen que esta situación no lo podrían mantener si no es porque sacan cada día un volumen importante de menús. Es el caso de Conchi Feito, del Pata Negra, en Elche, que asegura que sirve cada mes más de 700 menús por los que cobra 6,90 euros, y que se componen de ensalada, primer plato, segundo plato, bebida, postre o café. Conchi Feito explica que «llevó siete años con este precio, y antes lo servía por 5,90 euros. Lo puedo mantener porque tengo mucha clientela, y porque ahora somos menos camareros. He pasado de tener siete camareros a solo dos». Esta empresaria reconoce que «decidí reducir el número de camareros para no tocar la calidad, que creo que es lo último que hay que reducir. A la gente le gusta comer bien y barato, y yo se lo ofrezco».

Para esta empresaria la clave está en la rotación. «Para que el negocio funcione necesito servir muchos menús cada día, de lo contrario me vería obligada a tirar muchas raciones y perdería, pero no es mi caso», sostiene Conchi Feito, que también confiesa que «como ya llevo muchos años con los mismos proveedores, me dan más margen a la hora de pagar las facturas y puedo sacar el negocio adelante».

Lo mismo apunta Daniel Pastor, del establecimiento +Tapas, donde sirven un menú de 10 euros de lunes a viernes. Este empresario ilicitano explica que «nosotros apostamos por ofrecer un menú casero, con platos de cuchara, que nos permiten cocinar grandes cantidades sin que el coste se eleve mucho, y sale rentable si conseguimos servir un buen número de menús». El problema llega, apunta el empresario ilicitano, «cuando no vienen los clientes y tenemos que tirar la comida, ya que no se puede servir lo mismo al día siguiente». No obstante, Daniel Pastor indica que «este método nos sirve para sobrevivir entre semana y mantener los puestos de trabajo, ya que es cuando llega el fin de semana, y no ofrecemos el menú, cuando obtenemos una mayor rentabilidad».

Al alza

En el lado opuesto a estos ejemplos, están restaurantes de Elche que han apostado por subir los precios, para no pillarse los dedos y, además, mejorar el servicio a los clientes. Es el caso del restaurante ilicitano Mestizaje, donde Tomás López sostiene que «es imposible ofrecer un menú barato conforme están los precios en el mercado». Este empresario, que ejerce de jefe de cocina en su negocio, asegura que «el que vende barato por el hecho de vender al final acaba cerrando el negocio».

El restaurante de Tomás López empezó ofreciendo un menú del día por 12,50 euros, y en la actualidad lo saca por 14,50 euros. El empresario reconoce que «pese a subir el precio, para ajustarme más al coste de los productos y los costes laborales, sigo sacando una media de 100 menús diarios. La clientela se acostumbra cuando le ofreces algo distinto y de calidad».

Otro establecimiento del centro de Elche con menú a 15 euros es La Olivereta. En él Óscar Fernández dice que «un menú a 10 euros solo se puede mantener al principio como gancho, pero a la larga es muy complicado de mantener si lo que queremos es ofrecer un buen servicio».

También hay establecimientos que ante el auge de las comidas para llevar han optado por dejar de ofrecer menú del día, por el hecho de que les resulta muy complicado sacarle rentabilidad. Es el caso del establecimiento que regenta Raúl Martí en el centro de Elche, que dice que «al final nos sale más rentable servir dos o tres mesas a la carta, que sacar diez menús del día». Raúl Martí explica que «nosotros aprovechamos cuando realizamos una reforma para mejorar el restaurante, y a la vuelta ya no servimos el menú del día, y no estoy para nada arrepentido, ya que este cambio nos permite trabajar mejor».

Desde la patronal ilicitana del sector servicios consideran que «el cambio de tendencia es positivo para el sector». Nieves Gil, de Aesec, sostiene que «a la larga los precios tan económicos no son reales, ya que el servicio que se ofrece en un restaurante es mucho más costoso».

De hecho desde la Asociación de Empresas de Servicios de Elche consideran que «un servicio con un precio inferior a 20 euros tiene que llevar aparejado ajustes, y se ofrecen para llenar el local, no son muy rentables». Además, Nieves Gil apunta que «los cambios que se están produciendo en la oferta de los restaurantes favorecen que las condiciones laborales sean mejores, y que dejemos atrás casos en los que se ha llegado a pagar 3 ó 4 euros la hora a los empleados».

De esta forma, la patronal de los servicios en Elche valora de forma positiva este cambio de tendencia ya que, sostiene, «permite tener negocios más sostenibles, generar un beneficio social y acabar con la precariedad laboral».