Desagradable sorpresa la que se llevaron los ilicitanos que en la mañana del jueves paseaban por el Parque Municipal. Fueron varios los que pensaron, al ver ventanas y puertas abiertas en el Molí Real, que habían comenzado las obras de rehabilitación del emblemático edificio. Nada que ver con lo realmente sucedido, ya que el inmueble amaneció con ese aspecto como consecuencias de los actos vandálicos e incívicos que han protagonizado unos gamberros y cuyas consecuencias son, entre otras, cristales rotos, pintadas en la pared con expresiones de lo más desagradable o desperfectos en el mobiliario de la que era sede de la Asociación de Bellas Artes de Elche hasta finales de abril del pasado año, momento en el que el Ayuntamiento tuvo que trasladar al colectivo artísticos a las instalaciones del Centro Hernandiano.

No es la primera vez que el Parque, situado en el corazón del Palmeral ilicitano, amanece con desperfectos a causa de las gamberradas nocturnas. Ya han sufrido estos ataques el estanque de los patos o el recinto del restaurante que lleva meses cerrado. «El Molí Real ha sido atacado y nosotros reclamamos más vigilancia. No lo hacemos porque queremos guardar allí nuestros enseres, sino porque se trata de un patrimonio muy importante para Elche», asegura una de las integrantes de la Asociación de Bellas Artes, Lola Soler.

Los primeros testigos que comprobaron los daños que ha sufrido el Bien de Interés Cultural pusieron el asunto en manos de la Policía Local, cuyos agentes se trasladaron al inmueble para valorar lo sucedido y precintar los accesos. Por su parte, desde el Ayuntamiento ilicitano informaron ayer de que se está haciendo una evaluación de los daños que ha sufrido el Molí Real, se han encargado tareas para limpiar y restablecer el orden en el interior y se reforzarán las medidas de seguridad, algo que podría producirse con la instalación de cámaras de vigilancia.

Refugio

Los problemas en el Molí Real no son nuevos y son muchas las voces que llevan reclamando atención y cariño para un patrimonio que se ha convertido en refugio para las personas sin techo. El edificio lleva meses pidiendo una rehabilitación tras la aparición de una grieta debajo de su construcción, en la ladera del Vinalopó. Desde el equipo de gobierno se descartó que hubiera riesgo de caída pero el inmueble lleva cerca de un año sin actividad y está rodeado de verjas como medida de precaución. Miles de personas haciendo deporte pasan cada día por una zona en la que aparecen esporádicamente colchones y cartones.

Las instalaciones están protegidas por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y el departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Elche cuenta con un informe elaborado por los técnicos que advierte del deterioro de la zona y propone soluciones para consolidar la ladera con un muro de contención de piedra. Por su parte, la Asociación de Bellas Artes sigue reinstalada en el Centro Hernandiano, ya que el pasado año se vio obligada a dejar la que había sido su sede desde 2014, en la que realizaban exposiciones artistas tanto profesionales como amateurs.