El Consejo de Salud del departamento del Hospital del Vinalopó estuvo marcado ayer por las protestas vecinales en el Centro de Salud de El Toscar por la falta de facultativos, que ha originado esperas de hasta 20 días para obtener cita en el médico de cabecera. A esta reivindicación se sumó el alcalde, Carlos González, que exigió medidas urgentes para acabar con este problema. La gerencia se comprometió ayer a buscar soluciones permanentes y el primer edil, como presidente del Consejo de Salud, les dio dos meses para ver resultados. González anunció que en ese tiempo volverá a convocar al Consejo para fiscalizar la situación y comprobar el efecto de esas medidas que, por otra parte, no fueron concretadas por la dirección del centro hospitalario. «Los problemas se vienen arrastrando desde hace prácticamente dos años, pero en los últimos meses se han agravado hasta el punto de que hemos tenido que pedir soluciones urgentes», dijo González.

No es un problema aislado en los centros de salud de El Toscar o Doctor Sapena, pues según pudo saber este diario al término de la reunión, los ediles de Sanidad de Crevillent, donde también ha habido protestas vecinales, y Aspe, cuyos centros de salud gestiona el Vinalopó, trasladaron el mismo problema de demoras y falta de personal. El gerente del hospital, Rafael Carrasco, reconoció ayer el problema en El Toscar, pero aludió de nuevo a que la falta de médicos de Familia es un problema generalizado a nivel estatal. «Nuestra prioridad ha sido siempre la de cubrir todas las plazas disponibles para prestar la asistencia con la mayor calidad posible y en ello seguimos trabajando», señaló Carrasco. El gerente añadió que, tras las últimas contrataciones, «el 90% de los pacientes en El Toscar es atendido, desde que pide cita, en un plazo inferior a las 48 horas».

El problema, según trasladó Antonio Vizcaíno, comisionado del hospital -un cargo nombrado por la Conselleria de Sanidad para «controlar» a los centros de gestión privada- es que «no es una solución definitiva, juegan a mover fichas. Si hay un problema en el Toscar, trasladan personal de Crevillent; si en Crevillent faltan médicos y hay quejas, vuelven a mover fichas». Vizcaíno fue el encargado de presentar ayer la memoria anual del Servicio de Atención e Información al Paciente, que refleja «cómo el número de quejas ha ido subiendo en el último año». Los servicios con más reclamaciones son «Urología y Traumatología», explica. Precisamente dos servicios que se han desmantelado en los últimos dos años debido a la «fuga de profesionales que hizo que en Urología se quedara tan solo un médico para todo el hospital», recuerda Vizcaíno. Hasta ahora, la dirección siempre ha negado que exista esa fuga de facultativos.

Además, el comisionado señala que «la mayoría de quejas son por demoras en las citas, o segundas citas con el especialista», y denuncia que esas citas tan solo se dan «cuando el paciente reclama. Solo se actúa cuando hay una queja, si no, siguen sin llamarlos. El problema es que no todo el mundo llega a presentar una queja por escrito, por lo que el malestar sigue existiendo», criticó.

Malestar

Durante el consejo también tomaron la palabra representantes sindicales, que prefieren omitir sus nombres. En declaraciones a este diario, apuntaron a que lo que expusieron durante la reunión es «el malestar de la plantilla por la enorme carga asistencial que tenemos, principalmente en Primaria, con cupos que superan los 2.000 pacientes».

Al problema de la falta de médicos se suma el hecho de que «los profesionales acaban por marcharse y, al final, nadie quiere venir aquí, porque cobramos menos que en otros departamentos y encima soportamos más presión. Eso perjudica también al paciente, porque hay menos tiempo para atenderlo. Estamos en plena campaña de gripe y enfermedades respiratorias. Son usuarios que necesitan su tiempo. Y al final los profesionales tenemos miedo de equivocarnos, de dar un mal servicio», añadieron estas fuentes.