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Ana María Drack: «La insatisfacción ha sido mi motor»

Más de seis décadas lleva dedicadas a la poesía y la música, una trayectoria avalada por múltiples galardones y reconocimientos

Ana María Drack: «La insatisfacción ha sido mi motor» ANTONIO AMORÓS

¿Qué supone para usted que le dediquen en Elche un espacio público con su nombre?

Creo que he adquirido un nuevo compromiso conmigo misma y debo hacer honor a la generosidad de mi pueblo.

Tras su larga trayectoria profesional y artística, ¿se siente reconocida por su ciudad?

Desde 1971 hasta hoy he recibido cuatro reconocimientos en mi ciudad, en dos ocasiones por parte de las mujeres.

¿Cómo ve en la actualidad el panorama cultural ilicitano?

Últimamente paso muchas horas en mi estudio y no me prodigo demasiado. La lectura y mi nuevo libro llenan casi todo mi tiempo. También es cierto que si antes era exigente ahora lo soy mucho más, pero afortunadamente el mundo de la poesía está creciendo entre los jóvenes, la música empieza a hacerse a oír, creo que hay muy buenos intérpretes y compositores.

¿Qué es lo que más le entusiasma de todo lo que ve?

Veo crecer todo tipo de asociaciones privadas y públicas, centros donde se desarrolla cualquier actividad cultural, sin importar la edad. Me encantaría que toda nuestra sociedad sintiera la necesidad de estimular en nosotros mismos y en los demás el amor por las artes y las letras, sobre todo en las primeras etapas de la educación.

Entre otras facetas, en su trayectoria artística ha sido poeta, cantautora y actriz, ¿de qué aspecto de su obra se siente más orgullosa en la actualidad?

Pese a las excelentes críticas que he tenido en las tres disciplinas, yo nunca me he sentido orgullosa de nada. Supongo que esa insatisfacción es el motor que me ha traído hasta aquí.

¿Cómo fue su primer acercamiento al mundo de la cultura?

Primero fue el teatro, al que sustituí por la música. Después abandoné la música porque hay que saber qué hacer cuando llega el momento, aunque mis canciones sigan editándose y escuchándose, ahora mucho más gracias a internet. Ellas no envejecen. La poesía ha sido una constante en mi vida y ahí sigue.

En el mundo de la cultura, ¿las mujeres tienen más fácil ahora que antes abrirse camino?, ¿se ha conseguido avanzar en las últimas décadas para conseguir la igualdad?

Afortunadamente se ha conseguido avanzar y no solo en el mundo de la cultura. Lo importante es que no demos pasos atrás. Nadie dijo que sería fácil alcanzar la igualdad.

¿Siente nostalgia por los tiempos pasados y los compañeros que ya no están?

Más que nostalgia siento ese vacío que han dejado mis antiguos amigos y amigas, no solo ilicitanos, a los que no voy a volver a ver y, en ocasiones, también una gran tristeza: el realizador Daniel Herranz, el dramaturgo Alberto Miralles, el director de teatro Antonio González, el periodista, poeta y escritor Vicente Verdú, los pintores Sixto, Albert Agulló... Nos quedan sus obras, pero ellos ya no están.

Su amiga María Ángeles Sánchez confesó recientemente que usted le animó a escribir poesía tras su cáncer, ¿cómo fue esta experiencia?

Todo empezó cuando me envió sus poemas, uno a uno, por correo electrónico. Eran perfectos. María Ángeles es una escritora que maneja muy bien el idioma, algo fundamental en la poesía. A eso hay que añadirle su especial sensibilidad y su valentía para llamar a las cosas por su nombre. Sinceramente me creó una especie de adicción. Tanto es así que se la contagié a mi marido, Paco Martínez, y suya es la imagen y diseño de portada de su libro Tres malditos centímetros.

¿Qué proyectos y deseos le quedan por cumplir en su vida?

Escribir muchos más poemas, editar más libros y dar recitales de poesía. Y deseos, hay uno muy importante, pero no depende de mí. Puede que alguien, algún día, caiga en la cuenta.

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