La asociación de vecinos de El Toscar reunió ayer a cerca de un centenar de personas en la protesta convocada a las puertas del Centro de Salud del barrio. El objetivo pasa por conseguir que la dirección del Hospital del Vinalopó, que gestiona estas instalaciones, «cubra todas las bajas de los médicos, garantice la estabilidad de la plantilla para que cada vez que vengamos no nos atienda uno diferentes y que acabe con las esperas para ser atendidos, que han llegado a ser de hasta 20 días», señaló ayer Juan Vázquez, miembro de la asociación de vecinos y encargado de leer el manifiesto reivindicativo.

La dirección de Ribera Salud, la concesionaria que gestiona el departamento, manifestó el viernes que ya se habían cubierto todas las bajas y que esos altos índices de espera para ser atendidos por el médico de cabecera remitirían en los próximos días. Sin embargo, desde le asociación de vecinos mostraron sus reticencias a creer a pies juntillas estas afirmaciones, ya que «resulta sospechoso que precisamente cuando anunciamos esta manifestación, y nos llaman para reunirse con nosotros, el día de la reunión ya lo tengan todo solucionado», señaló Vázquez.

De hecho, durante la lectura del manifiesto, calificó esa llamada de la dirección como una «llamada a capítulo» para evitar la concentración, pues «llegaron a pedirnos que no la hiciéramos porque, si lo hacíamos, la haríamos por otra cosa y no por las demoras, que ya se habían solucionado». Según los datos que manejan desde la asociación «lo idea es que un médico tenga una cartera de unos 1.500 pacientes y aquí se están superando los 2.000. Eso hace que no haya tiempo para atender a todos, lo que origina esas esperas», añadió Vázquez.

Durante la protesta a las puertas del centro, los vecinos, a través de sus pancartas y gritos con el megáfono, también manifestaron su deseo de tener una «sanidad 100% pública», cargando contra el modelo de concesión actual y pidieron la reversión. Algo que también apoyó el alcalde, Carlos González, el pasado viernes, cuando manifestó que no tenía dudas de que la gestión pasaría a manos de la Conselleria en 2025, cuando expira la concesión.

El equipo de gobierno también estuvo presente en la protesta vecinal para respaldarla. Tanto la edil de Sanidad, Mariola Galiana (PSOE), quien llegó minutos antes de acabar el acto, como Esther Díez (Compromís), se sumaron a la concentración pues «»es necesario acabar con las desigualdades que se producen entre los usuarios a los que les corresponde el Hospital General, que es de gestión pública, y a quienes les corresponde el Hospital del Vinalopó, de gestión privada a través de una concesión», señaló Galiana.

Especialistas

La edil añadió que, según trasladan los usuarios, las demoras no se dan solamente en el centro de salud, sino también en las especialidades hospitalarias. «Todas estas reivindicaciones que nos trasladan los vecinos las pondremos sobre la mesa en la próxima reunión del Consejo de Salud del Vinalopó el próximo viernes». El alcalde ya avanzó que pediría explicaciones a la gerencia del centro sanitario sobre lo que ha sucedido.

Por su parte, Esther Díez añadió que «hemos querido apoyar a los vecinos porque lo que nos corresponden como representantes público es exigir que tengan esa atención en Primaria es fundamental, más en un barrio con una población mayor, como es este caso», concluyó.

A día de hoy hay dos semanas de espera para ser atendido en Primaria

Pese a que la dirección señaló que la demora se solucionaría ya, el sistema informático sigue dando citas con significativos retrasos

Los manifestantes concentrados ayer frente al Centro de Salud de El Toscar no dudaron de demostrar in situ que el colapso que denunciaban es real. Así, muchos fueron los que probaron a pedir cita durante la mañana de ayer para mostrar cómo el sistema informático les daba cita para el 26 de febrero, 16 días. Otros facultativos tenían esperas algo menores, de siete días. Unas cifras «inadmisibles» igualmente, según señalaron los manifestantes.

En ventanilla, según pudo comprobar ayer este diario, la espera disminuía y, si el caso era urgente, se reubicaba al paciente haciéndole hueco en su médico o, si no era posible, con otro facultativo. «Normalmente en Pediatría te daban para tres semanas. En principio se solucionó pero hemos vuelto a lo mismo. Hay bajas, hay gente que se va de vacaciones, traslados... y no los cubren», señaló Juan José González, padre de un niño de tan solo seis meses que, por su edad, es frecuente las visitas al pediatra. Al final «vienes a urgencias, te derivan de un médico a otro, y nunca te ve el tuyo. Cada uno dice otra cosa. Nosotros ya tomamos la decisión de sacar citas periódicas y, si no veníamos, la anulábamos porque era insostenible».

Al final, esta situación contribuía a aumentar el colapso y a generar esperas también en Urgencias, ya que el PAS debía atender a más gente, por lo que las críticas de los usuarios también iban contra este servicio. La dirección prevé que, con todos los puestos cubiertos, se vuelva a la normalidad este semana y la espera sea máximo de 48 horas para ser atendido.