¿Qué balance hace de la vigesimosegunda edición de FacoElche?
Ha batido récords. Todos años decimos lo mismo, que es difícil superarnos, pero lo hemos hecho. Estamos satisfechos. Como novedad hemos tenido megacracks internacionales tanto a nivel de cirugías como de presentaciones. Valoro muy positivamente todo lo que hemos hecho en inteligencia artificial pero lo más destacado es la cirugía en directo. Este años hemos vueltos a los orígenes, con casos muy complejos, como la reconstrucción del segmento anterior por parte del «Cavadas de la Oftalmología», Ike Ahmed.
Han rozado los 1.400 inscritos ¿Hay margen para seguir creciendo? ¿Tiene capacidad el Huerto del Cura como sede?
Estamos creciendo en torno a un 5 o 10% anual en número de asistentes. Diversificamos algunas sesiones de manera que el público se queda repartido. Estamos llegando al límite de explotación en el Huerto del Cura, pero aún hay recorrido. Eso no me preocupa. Lo que me preocupa es la insuficiente capacidad hotelera que tiene la ciudad para eventos importantes como FacoElche. Limita el crecimiento porque desgasta a la gente, porque hay que llevarlos a ciudades de alrededor. Este año teníamos alojada a mucha gente fuera.
Es una cuestión que tiene difícil solución...
Es la pescadilla que se muerde la cola. Como no se hacen eventos en Elche, no digo del nivel de FacoElche, digo para 500 o 600 personas, pues no hay necesidad de plazas hoteleras. Al mismo tiempo no vamos a hacer más eventos porque no hay habitaciones. Nosotros a la hostelería local le salvamos los primeros meses del año con FacoElche, pero es en singular. Si no surgen más eventos, no surgirá más demandas hotelera y viceversa.
Pese a ese crecimiento continuo y las limitaciones, ¿Faco seguirá en Elche?
Sí, no se contempla el traslado. salva cataclismo o crecimiento exponencial. Hoy por hoy, y pese a con muchas limitaciones, aún tiene recorrido. En un futuro, si tanto en la parte de Congreso como de logística se queda insuficiente, habrá que plantearse otras cosas.
¿Está ya en marcha la edición de 2021?
Tenemos ya una gran parte del programa. Sabemos ya las conferencias e invitados. Tenemos a gente internacional comprometida para el año que viene e incluso dejamos cosas hechas para el 2022. La previsión para el año que viene es seguir creciendo.
¿Algún adelanto?
Estamos a la espera de un megacrack de EE UU y consolidaremos las cirugías que hemos realizado este año en la que había una parte de casos complejos hechos en directo desde el Vinalopó. El esquema de quirófano ha funcionado muy bien y repetiremos. También estamos cerrando el congreso paralelo. Posiblemente repitamos el de la Sociedad Mundial del Queratocono porque el objetivo era que fuera de carácter bienal.
Este año se ha centrado en la inteligencia artificial. Se habla mucho de cara a futuro pero, ¿cómo la usa el doctor Soler hoy en día en su consulta?
Las aplicaciones ya se ven. Tiene cabida en muchas de las subespecialidades de la Oftalmología. En aplicaciones para diagnóstico de inflamaciones internas o para calcular las lentes que vamos a implantar en operaciones de cataratas o presbicia. Se usan fórmulas que se basan en sistemas neuronales de inteligencia artificial.
Hablaron de la miopía como la pandemia del siglo XXI...
La cifra más preocupante la vemos en el extremo-oriente, donde el 70% de la población es miope. Es un tema importante porque los hábitos sociales de los jóvenes son más de hacer actividades dentro de casa, con la tableta o el móvil, con visión de cerca, que al aire libre, donde lo que se desarrolla es la visión de lejos.
¿Es una realidad también en su consulta?
Lo vemos cada día. No solo en los jóvenes sino también en los adultos. Gente de 30 años, incluso ya operados, a veces tienen progresión de su miopía. Incluso casos de miopías tardías. Antes aparecía en la adolescencia y aumentaba hasta los 20 o 21 años y se paraba. Ahora hay miopes que empiezan con 21 o 22 años y se para a los 30.
Se ha hablado de láseres, lentes intraoculares... ¿Cuál es la tecnología que se usa actualmente para corregir la miopía y por dónde pasa el futuro?
Los láseres han sufrido unas mejoras importantísimas en los últimos años. Son muy exactos y precisos. En cataratas y presbicia hay un desarrollo en lentes intraoculares multifocales y con muchas variantes. Los aparatos son muy desarrollados y fiables, con unos resultados muy satisfactorios. La mejora es continua. ¿Habrá mejora en los coches? Ahora los hay muy buenos, pero los habrá mejores. La medicina es igual, una mejora continua.
El número de cirugías de cataratas también crece...
Pero esto es más porque cada vez se operan a edades más tempranas, que porque haya más casos. La cirugía es más sencilla y la recuperación es más rápida. Si esperas lo único que haces es que el paciente no vea bien , tenga una tasa de caídas severas mayor porque tropieza con escalones, barandillas etcétera y disminuye su calidad de vida. Por eso operamos enseguida cuando hay un diagnóstico.
¿Qué podemos hacer en materia de prevención?
Gafas de sol. Sobre todo las polarizadas, que filtran muy bien los rayos solares y las radiaciones ultravioleta, y hacen que tanto la retina como el cristalino tengan una buena protección. Son muy importantes, sobre todo en nuestra zona, que es tan soleada.
