La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, también al campo de la oftalmología, con múltiples usos que van desde diagnosticar problemas oculares con una simple fotografía hasta desarrollar algoritmos para que robots sean capaces de realizar las intervenciones quirúrgicas simples de forma automática. No en vano, la vigésimo segunda edición de FacoElche, el congreso más importante de la ciudad, organizado por la clínica del doctor Fernando Soler, que ayer volvió a superar el número de inscritos hasta rozar los 1.400, se ha centrado este año en exponer las bondades del Big Data para los profesionales del sector. Precisamente de inteligencia artificial trató una de las principales ponencias que acogió la jornada de ayer dentro del curso destinado a gestores de compañías oftalmológicas.

Natalia Gavaldá, especialista en inteligencia artificial y big data, explicó que actualmente se están desarrollado multitud de programas centralizados en mejorar la administración de clínicas o centros hospitalarios. «Los más populares ahora mismo son los chatbot, programas que permiten automatizar tareas como escribir correos electrónicos, realizar llamadas para recordar citas a los pacientes o realizar llamadas para ver cómo están o necesitan atención», explicó. A nivel médico, explica, «hubo un proyecto muy famoso en la India, que es un país donde faltan oftalmólogos. Gracias a la inteligencia artificial se detectó a través de imágenes una enfermedad ocular y su gravedad. De este modo se priorizó a los pacientes más graves, se optimizaron los recurso y se evitó que la enfermedad se desarrollara hasta el punto de crear ceguera y no tuviera solución».

En la misma línea se manifestó el doctor Roberto Zaldívar, considerado como uno de los cinco mejores oftalmólogos del mundo, según la dirección de FacoElche. «En oftalmología hay mucha imagen, y ya tenemos herramientas que, analizando una imagen de la retina, puede llegar a decirnos si el paciente es hombre o mujer. Imaginad las posibilidades. Con una foto, puede ayudar al médico a saber de qué enfermedad se trata o el porcentaje, a partir de los datos recopilados, de que sea una cosa u otra».

Ambos expertos señalaron que para elaborar una buena base de datos que sirva para alimentar esa inteligencia artificial no solo son necesarios muchos datos, sino que estos sean de calidad para no contaminar al sistema informático. Esto sería especialmente útil en el caso de las cirugías donde los robots podrían aprender qué sale bien y qué sale mal para ayudar al cirujano a realizar la intervención, guiándole y reduciendo el porcentaje de errores. Todo ello teniendo en cuenta que la inteligencia artificial debe entenderse como una aliada y no una competidora, pues se trata de «encontrar herramientas que sumen, que ayuden al día a día, no para sustituir al médico o cirujano, que siempre será imprescindible para realizar las funciones médicas, dijo Gavaldá.

Cirugías

La guinda del congreso durante la tarde de ayer fueron las cirugías en directo que se realizaron en el Hospital del Vinalopó. Casos muy complejos que sirvieron a los profesionales para aprender a abordar patologías graves, de la mano de cirujanos expertos como el canadiense Ike Ahmed, uno de los grandes expertos de esta edición.

El número de miopes se duplica en 10 años por el uso de dispositivos móviles

El aumento de la utilización de la vista de cerca hace que el ojo se adapte a esta visión en detrimento del enfoque de lejos

El número de miopes se ha duplicado en los últimos 10 años debido a los cambios en el estilo de vida provocados principalmente por el uso de dispositivos electrónicas, especialmente los teléfonos móviles. Así lo señaló ayer el doctor Roberto Zaldívar, un oftalmólogo argentino de reputación mundial.

La mayor tasa se da en EE UU, donde el 50% de la población ya es miope. Un porcentaje que incluso se supera en algunas zonas de Asia «y en otras donde hace 10 años ese porcentaje era del 25%», añadió.

La causa principal «es que el órgano se adapta a la función que realiza. En los últimos años estamos desarrollando más la visión de cerca, por el uso del móvil y otras pantallas, en detrimento de la visión de lejos», señala. En los últimos años, se han perfeccionado las lentes intraoculares para los casos más graves de miopía o aquellos en los que el láser no está indicado por problemas con el espesor de la córnea, el ojo seco y otras complicaciones que desaconsejan estas intervenciones.

Actualmente «no hay una técnica que prevalezca sobre la otra, el láser y las lentes intraoculares se complementan y depende más del caso clínico del paciente que de la propia técnica en sí misma», explicó el doctor Zaldívar.