La Sección Séptima de la Audiencia, con sede en Elche, ha acogido esta semana el juicio contra un acusado de prostituir, retener y maltratar a una mujer para que trabajara en un club en Cox, y contra una de las encargadas del local donde se habrían producido los hechos. La denuncia data de hace 15 años y en la causa hay otros seis implicados que, por el momento, no serán juzgados. Una de ellas ya ha fallecido, mientras que el resto han sido declarados en estado de rebeldía.

Pese a la gravedad de los hechos que se narran en el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso este diario, y donde se recoge el caso de otra víctima de este prostíbulo, la Fiscalía tan solo pide penas de tres años y medio de cárcel para el principal acusado, al aplicar el atenuante de dilaciones indebidas debido al retraso del tribunal para juzgar el caso. Una pena que se reduce hasta el año en el caso de la encargada del local.

La causa se inició gracias a la denuncia de una testigo protegida, la principal víctima de esta red de prostitución. Según la calificación del fiscal, la mujer llega a España desde Rumanía, tras contactar con una mujer que le propuso trasladarse al país para ejercer la prostitución, con la única condición, en un principio, de devolverle los gastos del viaje, que ascendían a 4.000 euros. Era noviembre de 2004.

Sin embargo, una vez que llegó hasta la Vega Baja, la mujer se apoderó de su pasaporte para retenerla y le obligó a darle todo el dinero que ganaba, amenazándola y agrediéndola para «amedrentarla». Dos semanas después, le dijo que «había sido vendida por 4.000 euros» al principal acusado, el dueño del local donde se prostituía, quien también le obligó a darle todo lo que ganaba. Tras esto, las palizas por parte del hombre fueron constantes, ya que le propinaba «fuertes agresiones» cuando consideraba que no ganaba lo suficiente. En una de ellas, relata el fiscal, llegó a «meterle la cabeza en el jacuzzi del club, colocarle una argolla en el pie para que no escapara durante 12 horas» y le causó «quemaduras de cigarros y constantes golpes».

En cuanto a la otra víctima, la Fiscalía señala que también llegó desde Rumanía y que una vez llegó al club comenzó a ejercer la prostitución, bajo la supervisión del acusado. Éste, según la calificación, la amenazó diciéndole que «si se marchaba le pegaría una paliza, obligándole a entregarle el dinero que conseguía con sus servicios», según el relato de hechos.

Penas

La Fiscalía, en su escrito de acusación reformulado tras declarar a seis de los ocho acusados en rebeldía, pide para el principal acusado una pena de seis meses por cada uno de los dos delitos relativos a la prostitución, otro año y tres meses por dos delitos de detención ilegal, y un mes y 15 días para cada uno de los dos delitos de vejaciones injustas. En total, son tres años y 11 meses de prisión para el dueño del club.

Para la encargada solicita seis meses de cárcel por cada delito de prostitución, hasta un total de un año. El caso quedó visto para sentencia por el tribunal, que dictará el fallo en las próximas semanas, según trasladaron a este diario fuentes judiciales cercanas al caso.