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Aena gasta en dos décadas 40,8 millones en insonorizar 3.000 casas junto al aeropuerto

El territorio en el que se inserta el aeródromo de Alicante-Elche es el segundo de España donde más actuaciones se han tenido que llevar a cabo para aislar acústicamente inmuebles. Vecinos de Urbanova, Saladas, Torrellano y El Altet no han tenido que realizar ningún desembolso

Dos viviendas de planta baja ubicadas en El Altet, muy próximas al aeropuerto de Alicante-Elche, durante la operación de despegue de una aeronave. Antonio Amorós

El entorno del aeropuerto de Alicante-Elche es el segundo de España donde más inmuebles ha tenido que insonorizar Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) para paliar los ruidos generados por el tráfico aéreo.

Propietarios de viviendas de Torrellano, Saladas y El Altet en Elche, pero también en Urbanova en Alicante, han sido la mayoría de los beneficiarios de estas actuaciones que, además, no les ha supuesto ninguna inversión, puesto que Aena se ha hecho cargo de todos los gastos. Mejorar o cambiar ventanas y puertas para dotarlas de un mejor aislamiento han sido las actuaciones principales que se han venido acometiendo en los últimos años.

En concreto, según los últimos datos de Aena, que comprenden el periodo 2000-2018, en la zona del aeropuerto de Alicante-Elche se han aislado acústicamente no menos de 2.900 inmuebles. Esto representa un 12,5% del total de propiedades sobre los que dicho ente se ha visto en la obligación de actuar tanto en la península como en las islas.

Esto, traducido en euros, ha supuesto en estas dos décadas un desembolso superior a los 40,8 millones de euros, un buen pellizco de los 323,2 millones que Aena, en la franja temporal señalada, ha destinado a aislar acústicamente más de 23.897 inmuebles en todo el territorio nacional.

Fondos destinados

Solo Madrid, con 12.902 inmuebles y 169,7 millones de euros de inversión, queda por delante de la infraestructura aérea de El Altet en número de unidades incluidas en los planes de insonorización y fondos destinados. Aena inició la realización de este tipo de actuaciones en el año 2000.

«Con el objetivo de mitigar los efectos del ruido y, a la vez, dar respuesta a las preocupaciones de las partes interesadas, Aena dedica gran parte de sus esfuerzos a la mejora continua de los programas de medición, control y minimización del impacto acústico en el entorno aeroportuario», señalan fuentes de esta empresa pública española.

Para conseguir los objetivos establecidos en el ámbito de la gestión del ruido, Aena se sirve de cuatro herramientas para medir la afección acústica generada en el entorno: servidumbres acústicas, mapas estratégicos de ruido, sistemas de monitorización del ruido y un mapa interactivo de ruido (webtrack).

Las servidumbres acústicas buscan la compatibilidad de las infraestructuras de transporte con los usos y actividades de las zonas afectadas por el ruido. La zona de servidumbre acústica comprende el territorio del entorno del aeropuerto delimitado por determinados índices de decibelios máximos. La aprobación de las servidumbres obliga a los instrumentos de planificación u ordenación territorial a incorporar restricciones en este sentido. Durante el año 2018 se aprobó la servidumbre acústica y su plan de acción de los aeropuertos de: Bilbao, Ibiza, Sevilla, Valencia y Alicante-Elche.

También durante ese año se obtuvo la aprobación definitiva del Mapa Estratégico de Ruido del aeródromo alicantino, el cual ya contaba con el sistema de monitorización de ruido y con el mapa interactivo de ruido. Sobre esto último, esta herramienta facilita a los internautas acceder «a una información fiable y transparente de las operaciones aeronáuticas y de los niveles acústicos que éstas generan», según Aena. En Elche, según los últimos datos que han trascendido, Aena tenía aprobadas la financiación de 104 casas de Torrellano y Saladas, y 1.326 de El Altet y aún hay margen para más.

«Se está notando en el colegio tanto acústica como térmicamente»

«Se está notando en el colegio tanto acústica como térmicamente»En un principio no entró en el plan de insonorización acústica, pero finalmente, gracias a la presión de todos, se consiguió que Aena accediera a incluir al colegio público Antonio Machado de Torrellano en esta actuación, una reivindicación, por otro lado, necesaria. «Se está notando en el colegio acústica y térmicamente», señalan desde este centro en el que cursan casi 400 alumnos. Las obras arrancaron en el tercer trimestre del curso pasado y acabaron prácticamente hace un mes y medio. Las actuaciones en los distintos cerramientos han permitido, por ejemplo, no detener las explicaciones de los docentes cuando los aviones sobrevolaban cerca del colegio, algo muy habitual.

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