El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, puso ayer paños calientes y evitó valorar cómo afectará a los miles de agricultores de la Comunidad de Riegos de Levante, que ocupan la margen izquierda del Segura, el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta del Gobierno tras la política «antitrasvases» que ha llevado al frente de la cartera de Transición Ecológica. Ribera ha cerrado el Tajo-Segura a la agricultura alicantina en los últimos meses, desatando las críticas de los regantes. El jefe del Consell acudió a Elche invitado por Riegos de Levante para asistir a la presentación de un libro que recoge la historia centenaria de esta institución de riego.

Puig se limitó a señalar que «el Gobierno tiene que actuar atendiendo a la realidad de toda la economía y todos los intereses de la sociedad española. Nosotros vamos a estar atendiendo a la legalidad y a todo lo que está acordado. Estamos en una posición dialogante pero determinados a defender los intereses de los regantes». Pedro Valero, de Asaja, señaló que «sí puede perjudicarnos esa forma de pensar, aunque esperamos que se flexibilice y que ya este mes se abra el grifo, pues la situación ha mejorado». Por su parte Javier Berenguer, presidente de Riegos de Levante, señaló que «esperamos que cumpla la ley» y rehusó hacer valoraciones políticas.

El presidente del Consell apuntó también que «queremos garantías de funcionamiento· en el trasvase Tajo-Segura, ·cumpliendo la ley y el memorándum» y también señaló que es necesario «mejorar mucho el aprovechamiento de las aguas depuradas», así como de la desalación haciendo asequibles sus precios. Apostó por tener una «visión global, no segmentada» para garantizar el agua para la agricultura con un « gran acuerdo» de carácter estatal. Para ello será necesario que las diferentes instituciones cierren filas.

Defensa del agua

Por su parte, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, reconoció que hasta ahora, la institución provincial «no ha estado todo lo cerca, coordinados y unidos que deberíamos estar». No obstante, tendió la mano al presidente de Riegos de Levante, Javier Berenguer, para «sumar esfuerzos para seguir trabajando y aunar voluntades» y manifestó «el compromiso absoluto de la institución provincial en la defensa del agua, de los trasvases y de los agricultores de nuestro territorio». En este sentido, ambas instituciones se han citado a una mesa de trabajo en los próximos días, para entablar esas relaciones perdidas. Por su parte, el alcalde, Carlos González, fue más rotundo a la hora de defender el trasvase: «Hablar de agua es hablar del trasvase Tajo-Segura. Es esencial para el campo, su producción y el desarrollo económico de la ciudad. Además tiene un valor cultural y ambiental fundamental para nuestro proyecto de ciudad y conseguir ser capital verde europea en 2030. El futuro de la agricultura depende del trasvase», señaló.

La defensa del trasvase Tajo- Segura, la carencia de recursos hídricos y la necesidad de buscar nuevas alternativas para la obtención de agua centraron buena parte del acto. Javier Berenguer aprovechó la presencia del máximo responsable autonómico, provincial, y local para pedir en su discurso la implicación de las administraciones en la búsqueda de estas soluciones. «Necesitamos complicidad y no enfrentamiento. La política tiene que tener un límite y su ambición no puede poner en riesgo el desarrollo de miles de personas», señaló, por lo que pidió a los responsables políticos, «altura de miras».

Y no solo en cuanto a la búsqueda de recursos, sino en cuanto a la visión global de la agricultura. «A menudo nos tratan a los agricultores como culpables del cambio climático por la cantidad de agua que consumimos y no como víctimas, que es lo que realmente somos. Pocos actores contribuyen más a la lucha contra el cambio climático que nuestros árboles y hortalizas». La solución, según Berenguer, no pasa por aplicar políticas restrictivas al consumo, sino de trabajar para dotar de mayor recursos al Camp d'Elx para abaratar el precio del agua, conseguir más recursos y poder garantizar que los agricultores pueda mantener y expandir sus plantaciones. «Estamos combatiendo los síntomas -en relación a la falta de agua- y no la enfermedad. Necesitamos una solución definitiva», reivindicó Berenguer.

Un siglo de historia y lucha en pro de la agricultura

Riegos de Levante edita un libro en el que plasma la evolución durante un siglo de parajes, campos e infraestructuras

La sede de Riegos de Levante, ubicada en el Parque Agroalimentario de La Alcudia, acogió ayer la presentación del libro «100 años de Riegos de Levante, izquierda del Segura», un libro que recoge las efemérides, imágenes e hitos más importantes del colectivo de regantes desde su formación, en 1918, hasta el pasado 2018, cuando cumplió un siglo de trayectoria. Esta publicación, elaborada por los profesores de la Universidad de Alicante, Joaquín Melgarejo, Andrés Molina y Patricia Fernández, explican cómo se formó lo que en su creación fue una Sociedad Anónima, dedicada también a la explotación de las aguas para generar energía eléctrica.

El acto contó con la presencia, además, de la consellera de Agricultura y Desarrollo Rural, Mireia Mollà, la vicepresidenta segunda y diputada de Ciclo Hídrico, Ana Serna o el senador Pablo Ruz. Melgarejo analizó también el crecimiento de la importante red de infraestructuras necesaria para llevar el agua a miles de hectáreas de la huerta del Camp d'Elx y de la Vega Baja. Actualmente, Riegos de Levante representa a 20.000 comuneros censados que trabajan en 26.000 hectáreas de terreno, entre diferentes términos de Elche y Orihuela.

Entre las curiosidades que explican los profesores de la UA también se encuentra el origen de lo que hoy es el Parque Natural de El Hondo, que se creó en torno a lo que en un principio era un simple embalse de riego que, con el paso de los años y el devenir de la naturaleza, se fue transformando en lo que hoy se ha convertido en una de las reservas naturales más importantes a nivel estatal.

Así Melgarejo defendió que no todas las obras e infraestructuras levantadas por el hombre suponen un impacto negativo en la naturaleza, y puso también como ejemplo la creación de las salinas de Torrevieja y Santa Pola, que se crearon a partir de la explotación industrial de esos espacios.

El acto contó con la presencia de cerca de 200 personas, que pudieron llevarse a casa un ejemplar de esta publicación que cuenta con numeroso valor histórico y ambiental, pues recoge documentos, actas y publicaciones de gran valor histórico para la agricultura de la provincia.