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Por la complejidad del juicio

La Audiencia tardará meses en dar a conocer la sentencia del Brugal

Los 34 acusados rechazan hacer uso del turno de palabra en la última jornada - Las defensas confían en la absolución «ante la falta de pruebas»

Los 34 acusados del caso Brugal, durante la primera sesión del juicio celebrado en marzo de este año. antonio amorós

Visto para sentencia. Así quedó ayer el juicio del caso Brugal tras 9 meses y 58 sesiones, después de que los 34 acusados rechazaran intervenir en su turno de última palabra ante el tribunal, en el que ha sido el juicio más largo y el de mayor importancia por supuesta corrupción en la provincia. A priori, según fuentes judiciales, el veredicto no se conocerá hasta dentro de varios meses y ocupará cientos de páginas, como fueron decenas de tomos los que ocuparon la investigación.

Esta causa juzga si la contrata de basuras de Orihuela favoreció, presuntamente, al empresario oriolano Ángel Fenoll, acusado de prevaricación, fraude y negociaciones, prohibidas por los que se enfrenta a 34 años de cárcel. La mayoría de los acusados ha llegado al final del juicio sin mediar ni una sola palabra ante el tribunal, pues rechazaron declarar en su día ante los magistrados de la Sección Séptima. La sesión de ayer sirvió para ultimar los informes finales de las defensas, en este caso de dos de las empresas (Valoriza y Sirem) que están también acusadas de forma subsidiaria, y que defendieron la inocencia y pidieron la absolución de las mercantiles.

El juicio se cerró con muchas incógnitas en el aire, tras idas y venidas, sesiones suspendidas, conversaciones telefónicas cuya validez queda en el aire, con discos originales perdidos, otros extraviados y encontrados posteriormente, y la sensación general, por parte de las defensas, de que sus clientes saldrán absueltos. También está pendiente que el tribunal resuelva en sentencia sobre la nulidad o no de parte de las conversaciones telefónicas. Concretamente, aquellas que no fueron invalidadas en el auto que se resolvió antes de comenzar las declaraciones y que afecta a conversaciones cruzadas entre teléfonos anulados y otros aceptados, lo que complicaría aún más la carga probatoria de las acusaciones.

Sala

No ha sido un juicio fácil por su volumen, complejidad y acusados. De hecho, la Conselleria tuvo que habilitar una sala para poder celebrar este juicio, ya que ninguna otra en la Ciudad de la Justicia tenía la capacidad suficiente como para albergar un número tan alto de investigados y letrados. Continuas suspensiones, paralizaciones por no encontrar CDs originales con pruebas en la instrucción, no localizar testigos y otros muchos hándicaps han ido entorpeciendo el desarrollo del juicio.

Así, no fue de extrañar las caras de alivio y satisfacción que se vieron ayer tras haber concluido este largo procedimiento y que eran palpables entre los acusados, los abogados, las acusaciones y el propio tribunal. De hecho, muchos se fundieron en abrazos, felicitaciones y despedidas tres nueve meses de sesiones que se han prolongado, durante la mayor parte del tiempo tres días a la semana, quitando plazos de suspensiones para el estudio y preparación de las diferentes partes del juicio e, incluso, a algunos de ellos se le pudo ver salir de la sala conteniendo la emoción.

Ninguna de las partes se aventuró ayer a dar una valoración sobre el posible veredicto del tribunal, si bien las defensas confiaron en la absolución de sus representados. Los acusados tampoco quisieron realizar ninguna manifestación ante los medios de comunicación, delegando en sus letrados esta tarea. Así, el abogado de Ángel Fenoll, principal acusado, volvió a defender ayer ante la Prensa la inocencia del empresario. El letrado se refirió al «esfuerzo extraordinario» de la Fiscalía Anticorrupción por encontrar alguna prueba «que no existe» para demostrar la culpabilidad de cualquiera de los imputados de esta causa. En la misma línea se manifestó María Sansano, la abogada de la exalcaldesa Mónica Lorente, para quien la Fiscalía pide 8 años de prisión por prevaricación, fraude, cohecho, tráfico de influencias, extorsión, coacciones, asociación ilícita, uso de información privilegiada y delito electoral. Sansano resaltó que la tesis de la acusación «no se ha probado» y que los testimonios de los testigos de la acusación «han validado las pruebas de descargo» de esta defensa. Por eso, añadió, «la única resolución justa sería la absolución para todos». El exalcalde Medina, para quien la Fiscalía pide 12 años de cárcel, tampoco quiso pronunciarse.

Un proceso que «sentará precedentes» y acabará en el Supremo

Sea cual sea el veredicto que adopte la Sección VII, será recurrido por la parte que no resulte vencedora

El juicio del Brugal ya está visto para sentencia y, sea cual sea el fallo de la Sección Séptima de la Audiencia, con sede en Elche, «va a generar antecedentes, novedades y va a dar respuesta a cuestiones que se han planteado en materia de corrupción», señaló ayer el letrado de la acusación particular (Ayuntamiento de Orihuela), Miguel Porras. «Va a sentar precedentes que van a servir de base para fijar criterios futuros sobre cómo realizar investigaciones, cómo se van a celebrar juicios y el desarrollo de los mismos», añadió. Sobre el contenido de la sentencia prefirió no efectuar ninguna valoración ya que «sería muy pretencioso, ha sido un juicio muy complejo, con muchas cuestiones difíciles de orden procesal que han condicionado desde el principio el juicio. Concretamente desde que se dictó un auto de cuestiones previas como la nulidad o anulación parcial de amplios materiales probatorios», señaló.

La Fiscalía, por su parte, ha dejado entrever en numerosas ocasiones durante el juicio que recurrirá la sentencia ante el Supremo, ya que ha tenido numerosas tiranteces con el tribunal a la hora de preguntar a los acusados, plantear pruebas o introducir cuestiones que consideraba importantes. De hecho, en muchas ocasiones a lo largo del juicio ha señalado directamente la voluntad de que constara protesta expresa a las decisiones de la sala «para tener amparo ante un futuro recurso de casación».

Las tiranteces del Ministerio Público con el tribunal contrastan con la cierta complicidad de los letrados de la defensa con los magistrados, que se han deshecho en elogios a la labor realizada por los jueces durante sus informes finales. Hasta los acusados rompieron, de forma unánime, su silencio en el último turno de palabra para agradecer el trato recibido.

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