La Universidad Miguel Hernández (UMH) le ha declarado la guerra total al plástico y busca el consumo cero entre los miembros de su comunidad. Por este motivo ha puesto en marcha una campaña que ha arrancado en el edificio Rectorado, que a la vuelta de Navidades también se implantará en el edificio Arenales y que se quiere extender a los edificios de todos los campus a lo largo del próximo 2020. De hecho, la eliminación del plástico va a ser una de las condiciones que se incluirá en los pliegos de contratación de las cafeterías cuando se vayan renovando.

Para conseguir este ambicioso objetivo en la UMH se han empezado a desarrollar una serie de medidas que pretenden crear conciencia y hábitos más sostenibles entre los integrantes de la comunidad universitaria. Para empezar, los tradicionales táperes de plástico de usar y tirar se han sustituido por otros, de bambú, con cubiertos hecho con el mismo material, o de cristal templado, que se pueden calentar en microondas. A la hora de beber, el proyecto incluye la incorporación de fuentes de agua y jarras de cristal, por lo que la hidratación es gratuita en beneficio de acabar con las botellas de plástico.

Los que no quieran o no puedan utilizar los táperes de bambú o cristal o no lleven los suyos de casa, tendrán que pagar un sobreprecio por los recipientes, de 20 céntimos en el medio menú y 40 céntimos en el menú completo, como en los comercios y supermercados se paga un suplemento por las bolsas de plástico. Las cafeterías y establecimientos de la UMH también disponen de bolsas de almidón o fécula de patata que son 100% biodegradables. Entre las iniciativas ligadas a la sostenibilidad, las máquinas de café de los campus también contarán con sensores que detecten las tazas de los usuarios, lo que reducirá el uso de vasos y cucharillas de plástico, y se ha incrementado la presencia de contenedores de reciclaje en todos los edificios universitarios.

Producción y consumo

Estas acciones que ha emprendido la institución académica están directamente ligadas con el objetivo número 12 de producción y consumo de la Agenda 2030 y van más allá del medio ambiente y la sostenibilidad. Al igual que los táperes de plástico se gravan, también se penalizarán las bebidas azucaradas y los refrescos, ya que la UMH quiere promover los hábitos de vida saludable entre estudiantes, docentes y resto de personal. Tanto la apuesta por la lucha contra el cambio climático como la apuesta por los hábitos saludables y la dieta equilibrada formaban parte de los principales puntos del programa con el que Juanjo Ruiz ganó las elecciones a rector la pasada primavera.

La nueva campaña ya ha sido trasladada a la Delegación de Estudiantes con el objetivo de que el mensaje vaya calando poco a poco. «Son medidas que estamos incorporando de forma paulatina, buscamos satisfacer las preferencias de estudiantado, PDI y PAS. Sabemos que son pequeñas acciones pero todas suman», sostiene el vicerrector de Inclusión, Sostenibilidad y Deportes de la UMH, Raúl Reina.

Dentro de su apuesta por la sostenibilidad, el equipo de gobierno de la Universidad también ha activado otro plan con el que quiere reducir en 1.500 los coches que acuden cada día al campus de Elche. Este proyecto de movilidad se desarrollará a cinco años vista y permitirá rebajar alrededor de un tercio los vehículos de particulares.