La brecha entre el equipo de gobierno -PSOE y Compromís- y el otro extremo de la bancada de la oposición, Vox, crece por momentos. El último encontronazo ha sido esta semana porque el ejecutivo local ha decidido dejar fuera a la formación de Santiago Abascal que sí ha mantenido con PP y Ciudadanos para incorporar sus sugerencias al presupuesto municipal de 2020. Su negativa a sumarse al pacto contra la violencia de género, como hizo el resto de partidos, frustrando la declaración institucional en Elche, ha sido el origen de la brecha. Ayer, ese veto hizo saltar chispas al partido de Amparo Cerdá, quien ayer subió el tono sus críticas hacia los responsables municipales ante el enfado monumental que tienen por sentirse, aseguran, arrinconadas y aisladas.
La portavoz les acusó de tener una «actitud totalitaria y antidemocrática» y les afeó, además, estar sufriendo una «censura» por no tener en cuenta a las dos concejalas que integran Vox en Elche y que recibieron el respaldo de 6.000 personas en las elecciones municipales (casi 25.000 en las últimas Generales).
La concejal de Hacienda, Patricia Macià, explicó ayer abiertamente cuál ha sido la línea roja del equipo de gobierno para decidir excluir a Vox en la configuración de los presupuestos. «No podemos sentarnos con un partido que se niega a firmar la declaración institucional contra la violencia de género, que niega la lucha contra el cambio climático y la colaboración y ayuda contra partidos de la diversidad» aseguró.
«Cordón sanitario»
Es la segunda vez en menos de una semana que Vox critica a los socialistas porque, según considera, están imponiendo un «cordón sanitario» también a nivel local por excluirlos, saliendo a comparecer públicamente con duros reproches hacia el gobierno local. En el debate del estado de la ciudad, Amparo Cerdá los acusó incluso de asociarse con «la extrema izquierda, partido defensor del genocidio de Maduro y de la tiranía iraní, con independentistas y proetarras».
Y todo, en contestación al dardo que previamente le lanzó el alcalde, Carlos González, especialmente molesto con la negativa del partido de Abascal de adherirse a la lucha contra la violencia de género y el cambio climático. El primer edil le dijo a Vox tener un discurso «xenófobo» y estar «fuera de la Constitución».
Con estos mimbres, las diferencias ideológicas son evidentes y las posturas parecen irreconciliables entre unos y otros. Sin embargo, el nuevo enredo entre el equipo de gobierno y Vox acabó salpicando ayer al resto de formaciones de la derecha ilicitana, que sí que tuvieron la oportunidad de ser escuchados por PSOE y Compromís antes de aprobar las cuentas municipales del próximo año.
Amparo Cerdá exigió a PP y Ciudadanos que se pronuncien ante el «veto» en los presupuestos municipales. «Queremos saber si en Elche también quieren estos dos partidos crear un cordón sanitario contra nosotros», señaló la concejal Aurora Rodil.
Aunque son conscientes de que el gesto que los socialistas y la coalición han tenido con el resto de la oposición ha sido por deferencia, ya que tienen mayoría absoluta como para no necesitar escuchar ninguna propuesta, para Vox esta actitud «marca un antes y un después en el Ayuntamiento», unido a ese «giro» que para la formación ha dado el primer edil, a su juicio impuesto desde la cúpula del partido.
