La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, ha condenado a dos años y tres meses de prisión a un acusado de un robo con fuerza y retención ilegal, después de que la Fiscalía haya llegado a un acuerdo de conformidad con la defensa, por el que se reduce la pena desde los más de 18 años que pedía inicialmente.

Los hechos datan de la tarde del 12 de julio del año pasado, cuando el acusado, según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, el acusado había quedado con un abogado, que le llevaba un asunto legal, y con un amigo que les había presentado, en Callosa de Segura. Los tres montaron en el coche, propiedad del letrado, y el acusado se situó en la parte trasera del mismo. «Cuando solo habían transcurrido unos instantes desde que habían iniciado la marcha, el acusado, con intención de obtener provecho económico, sacó una pistola y poniéndola en la cabeza de su amigo, le pidió al acusado 40.000 euros».

Así, le obligó a cambiar de dirección, y «mientras alternativamente iba apuntando con la pistola» al abogado y a la otra víctima, obligó al conductor a ir hace un cajero de La Murada. Así, consiguió que el letrado le entregara 600 euros -el máximo permitido por el cajero-, después de que les hubiera amenazado y golpeado a uno de ellos con la culata del arma en la cabeza, para amenazarles. Así, el acompañante del letrado, también le entregó 460 euros que llevaba encima.

Dos horas

Así, la Fiscalía le imputaba un delito de robo con retención ilegal, ya que desde que se montaron en el coche hasta que se perpetró el robo pasaron unas dos horas, según continúa el escrito de acusación del Ministerio Público. Un tiempo en el que ambos «tuvieron limitada su libertad de movimientos, ya que solo podían dirigirse donde decía el acusado».

Tan solo fueron liberados cuando en un momento dado, el ya condenado paró el vehículo en un camino de tierra entre La Murada y Albatera y les obligó a abandonar el coche, huyendo con él y llevándose los teléfonos móviles de ambos. El vehículo fue recuperado instantes después, pero no los teléfonos móviles.

El acusado fue detenido por parte de la Policía cinco días después de los hechos, e ingresó en prisión provisional a la espera de juicio. Por tanto, continuará en prisión hasta que cumpla la condena impuesta por el tribunal tras llegar a este acuerdo de conformidad entre las partes, según señalaron a este diario fuentes judiciales cercanas al caso.