El riesgo de un atentado terrorista en el Sáhara que ha lanzado esta semana el Ministerio de Asuntos Exteriores no ha frenado a un grupo de sesenta alicantinos que ayer por la tarde salió del aeropuerto Alicante-Elche con destino a Orán, para dirigirse, después, hacia los campamentos de refugiados de Tinduf, donde tienen previsto pasar una semana.

Los cooperantes, ya en Argelia, aseguran que no han tenido ningún problema para llegar al campamento y que el ambiente es totalmente calmado, "como siempre", asegura Ángela Carrillo, una de las cooperantes, que incluso ha remitido un vídeo a este diario en el que se ven niños refugiados jugando al fútbol con algunos niños españoles que han acudido con sus progenitores al país, todo para tranquilizar y desmentir que haya una situación convulsa en el campamento por el antes citado riesgo de atentado.

La expedición, organizada por la Delegación Saharaui de Alicante, no solo mantuvo sus planes de viajar a pesar de las advertencias, si no que también manifestaba abiertamente, antes de subirse al avión, que «no nos creemos esta maniobra del Gobierno para invisibilizar el problema de los refugiados y por eso mantenemos el viaje tal y como estaba planeado».

Así de contundente se expresaba Ángela Carrillo, quien insistía en que «nuestro viaje humanitario se mantiene tal cual, no ha cambiado nada, ya que no es la primera vez que nos encontramos con esta situación, que pensamos que obedece a amenazas de Marruecos al Gobierno español, con el fin de que no demos visibilidad a los refugiados saharauis».

El grupo que despegaba ayer por la tarde desde El Altet, forma parte del grupo de quinientos españoles que van a estar en los campamentos durante los próximos días, tienen varias misiones en Tinduf. En este grupo hay familias con niños que se desplazan a los campamentos con la intención de visitar a los niños que durante el verano están en España dentro de los programas «Vacaciones en paz», pero también hay personas que regresan a Tinduf para colaborar y realizar seguimiento a varios programas humanitarios. «Es importante ver los problemas que hay allí para ayudar a solucionarlos», decía Ángela Carrillo, quien insistía en que «la experiencia nos dice que son muchas las ocasiones en las que los gobiernos de España, de todos los colores, han traicionado al pueblo saharaui, y esta es una más, por eso nosotros no vamos a dejar de ir a prestar nuestra ayuda humanitaria».

En este sentido, Ángela Carrillo dijo, poco antes de facturar, que «no entendemos cómo el Gobierno no se preocupa de la misma forma de las miles de personas que están en los campamentos y que nacieron bajo la bandera española».

Pese a estas impresiones la expedición no ha viajado completa. Sí que se da el caso de varios cooperantes que han preferido retrasar su viaje a los campamentos, atendiendo al consejo del Ministerio de Asuntos Exteriores. Se trata del grupo de pediatras que estaba organizando la asociación alicantina Dar Al Karama. Su presidente, Luis García, explicó que «nosotros somos un grupo con varias médicas que iban a realizar seguimiento al tratamiento de varios niños enfermos, y sí que hemos tenido en consideración la advertencia de Asuntos Exteriores».

Desde este colectivo apuntaron que «dada la advertencia, y que va dirigida especialmente a cooperantes, hemos entendido que no íbamos a poder realizar nuestro trabajo con garantías de seguridad, y hemos optado por retrasarlo para dentro de unos meses. Una vez allí necesitamos hacer muchos desplazamientos, y vemos que no hay una situación agradable para trabajar».

Una vida en tiendas y sin agua corriente

Los campamentos de refugiados de Tinduf están al sureste de Argelia y en ellos hay más de 20.000 personas, según explicaron ayer los cooperantes alicantinos. En estos campamentos hay personas que llevan allí más de treinta años, y también hay generaciones que han nacido allí, y que no conocen otro tipo de vida.

En estos campamentos la mayoría de la población vive en tiendas y sin servicios básicos como agua corriente, y dependen, en mayor medida, de la ayuda humanitaria para vivir. Por eso, la expedición que ha viajado hasta esta zona insisten en la necesidad de que «no caigan en el olvido».