Cinco minutos es el tiempo que ayer disponían los 21 representantes de consejos municipales y del Campo de Elche para resumir sus necesidades y peticiones al Ayuntamiento. Algunos lograron cumplirlo, pero la mayoría lo rebasaron. Era la primera sesión del debate del estado de la ciudad, que esta mañana continuará (a las 9 horas) con el turno de los portavoces de los cinco grupos políticos (PSOE, Compromís, PP, Ciudadanos y Vox) y con el discurso del alcalde, Carlos González, quien hoy está previsto que conteste a la lluvia de críticas lanzadas en el primer «envite». No solo él tomó apuntes de todo lo que le reclamaron, también sus concejales y la oposición para preparar su «contrataque». No obstante, el formato de este tipo de iniciativas no acaba de convencer a una parte de sus participantes, al menos así lo criticaron ayer algunos de los intervinientes. Consideran que se trata de monólogos sueltos en los que no hay una interacción. El pueblo habla un día, y al siguiente, lo hacen los políticos. Un debate que ha vuelto al salón de plenos del Ayuntamiento- como en su primera edición, cuando fue recuperada por el anterior equipo de gobierno- después de salir en los dos años anteriores a Torrellano y Carrús. Ayer, la iniciativa logró llenar las butacas de la casa consistorial, en buena parte de los ponentes, pero también del público, al que se le ha echado en falta en anteriores ediciones, lo que ha demostrado que la cita en la que «el pueblo» hace una radiografía del estado del municipio no acapara la atención deseada entre los ciudadanos.