«En casa mi madre, mi tía y mi prima han pasado por el cáncer y hay que colaborar para que sigan investigando y le demos por fin solución a este problema tan gordo y cruel». Pepa es una de las 9.000 participantes que por desgracia ha vivido muy de cerca la enfermedad y por ello ayer se enfundó la camiseta rosa y la dorsal. Su caso y el del resto de personas solidarias sirvió para componer una gran marea que inundó las calles de Elche en la XV edición de la carrera contra el cáncer de mama que cada año organiza Amacmec. A pesar de las rachas de viento, asistieron participantes no sólo de la ciudad si no de todos los puntos de la provincia y la Comunidad Valenciana para visibilizar la enfermedad y ayudar a las afectadas a recuperarse, ya que los fondos recaudados con la prueba irán a parar a cubrir los servicios de fisioterapia y psicología.

Desde el Paseo de la Estación partió la carrera de 10 kilómetros y la marcha de 5,5 kilómetros por diferentes puntos de la ciudad y aunque el pistoletazo de salida se resistió a modo anecdótico hasta en tres ocasiones, finalmente los propios corredores dieron la cuenta atrás. Desde el punto inicial de la prueba se escucharon durante la mañana varios testimonios de mujeres afectadas que contaron su historia para dar fuerza a quiénes están pasando un momento amargo. Del mismo modo, ediles del equipo de gobierno también dedicaron unas palabras, al igual que la presidenta de Amacmec de Elche y comarca, Consuelo García, que agradecía la gran respuesta y el esfuerzo de los trescientos voluntarios que organizaron la actividad y mandaba mensajes de ánimo, además de reiterar que este año no se han soltado los tradicionales globos rosas como un gesto contra la contaminación «aunque vuestros corazones llegan al cielo», señaló emocionada en referencia a los participantes.

Esta carrera se ha convertido en la ciudad en una de las más multitudinarias, que forma parte ya del calendario colectivo como una «quedada» entre amigos y familias al completo, algunas con mascotas y personas con problemas de movilidad que acudieron en silla de ruedas, todos unidos contra el cáncer ya que como reiteraban algunos marchadores, «es difícil encontrar a alguien que no haya tenido a un familiar enfermo o que incluso lo haya vivido en propia persona, por eso reivindicamos que se visibilice», explicaban.

Mientras el grueso de participantes recorrían varios enclaves de la ciudad, los más pequeños dejaron su sello solidario con una carrera por edades y después la entrega de premios donde se han sustituido los trofeos por insignias a los corredores que llegaron primero a la meta. Durante la jornada hubieron puntos informativos sobre la labor de Amacmec para profundizar en el lema de «seguir luchando por vivir y mejorar las condiciones y que el cáncer sea una etapa a olvidar», según Consuelo García. También hubo almuerzo para todos, talleres y sesiones de zumba dirigidas por la psicóloga de la asociación, que bailó una coreografía junto a seis socias. Como ha venido ocurriendo en las últimas ediciones, estudiantes de Fisioterapia de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Elche colaboraron realizando tratamientos con masajes de descarga a los corredores tras pisar la línea de meta.