P ¿En qué momento de su carrera artística llega a Elche?
R Llego con la gira del disco La guapería. Realizamos un tour en verano en recintos al aire libre y festivales. Luego hicimos un parón que nos permitió viajar a recoger el Premio Cubadisco y actuar en México. Al volver nos hemos metido en teatros, de gira de invierno. Ofrecemos el repertorio de La guapería y algunas canciones de mi discografía, lo que nos permite hacer un paseo musical. También me gusta contar anécdotas al público, hacerlo participe de nuestras vivencias.
P ¿Por qué ha decidido apostar por los boleros cubanos?
R He roto la norma de hacer discos con canciones originales. Me sentía en deuda con la música cubana, muchos de sus músicos me han aportado conocimiento de la materia y me han puesto las pilas con sonoridades antiguas: el trompetista Manuel Machado, el pianista Pepe Rivero, el percusionista Moisés Porro, el contrabajista Yelsy Heredia? Utilizo el lenguaje del jazz con flexibilidad, me gusta decir que buscamos el sonido antiguo de la radio de la abuela, esos boleros de los años treinta y cuarenta.
P ¿De qué manera liga su forma de hacer música con las tendencias de consumo actuales?
R Ahora hay cabida para todo tipo de música. Vivimos en una sociedad de consumo que es capaz de recuperar valores orientales, como los del yoga y la slow food, mientras escucha trap, reguetón y otras músicas maravillosas. En España tenemos a Silvia Pérez Cruz, a grandes músicos de jazz que triunfan en Francia, a gente que llena teatros con sonidos diferentes a los del mainstream. Todo puede convivir. En Estados Unidos el tejido de la industria es más ancho, con radios de blues o sellos que solamente publican jazz.
P En España proliferan los programas de talentos musicales en la parrilla televisiva...
R Eso es entretenimiento. Hay que hacer una estadística para ver cuántos chavales de los que empiezan en un talent show hacen carrera en la música. También hubo un tiempo en el que las discográficas promocionaban sus fichajes en la televisión. Lo veo como un brazo más del negocio musical y televisivo, no como cultura musical. Tampoco le veo aguante con el paso del tiempo. De Operación Triunfo solo recuerdo a Bisbal y Bustamante, no sé si alguno más ha hecho carrera.
P En alguna ocasión ha citado sus problemas con el alcohol, ¿son parte del pasado?
R Hay titulares que buscan ser explosivos y llamativos. Pasé por un proceso personal y hace cinco años que no bebo ni me meto nada. En el mundo de la música hay hábitos que deben cambiarse. He descubierto la virtud de la mañana. No te das cuenta de lo que es hasta que no te lo quitas de encima. Estaba acostumbrado a vivir de noche de lunes a domingo. Ahora ni fumo. Pensaba que me sentía libre fumando y ahora cuando veo a la gente en el tren apurando dos caladas en las paradas siento que están presos.
P Usted también es actor...
R Soy cantante, actor y mil cosas más. También pinto. Hay tiempo para todo. Empecé como actor y me gustaba la música. Participé en grabaciones como El joven Picasso, La ley de la frontera o Morirás en Chafarinas. Después de un parón de seis meses sin enganchar un trabajo me inventé un proyecto musical. Así salieron las primeras canciones del disco Sur S. A., que parece una empresa de transportes. Me di cuenta de que siendo mi propio jefe no tenía que esperar la llamada de teléfono. Luego han salido otros papeles como actor, pero me he vuelto más selectivo.
P Entre estos trabajos está su participación en la serie Hache
R La creadora, Verónica Fernández, es un tipa que escribe de forma fantástica. Me conocía como actor y cantante, era seguidora mía. No me lo ha dicho directamente pero sé que es un personaje que ha hecho para mí. Me hicieron pruebas y demostré que era capaz de aguantar un rodaje de varios capítulos. Interpreto a un personaje en la Barcelona de los cincuenta que toca el piano en un club de la mafia.
P ¿Cuál será su próximo paso?
R Estoy preparando un disco de colaboraciones y tengo otro en mente. También estoy escribiendo un musical. Soy un no parar, lo que se dice un culo inquieto.
