El derribo de dos bloques del barrio de Los Palmerales no llegará hasta mediados del próximo año. Así lo han acordado esta semana el equipo de gobierno y la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVHA). El realojo que todavía está pendiente por parte del Consell de cuatro familias en pisos sociales además de la elaboración de los informes para decretar en estado de ruina los dos edificios hace que las demoliciones no se puedan llevar a cabo antes.

Por ello, las dos administraciones se han marcado como plazo el primer trimestre del próximo año para dejar resueltos todos los trámites pertinentes antes de tirar abajo 32 viviendas de la calle Llimoner que se encuentran en un profundo estado de deterioro.

Lo más inmediato será la búsqueda de una vivienda social alternativa para cuatro familias que han demostrado estar en situación regular, y que se suman a las que ya fueron realojadas en el anterior mandato. El objetivo del gobierno valenciano es que esos vecinos puedan quedarse en Elche. Después de ese paso, llegará el momento de evaluar cuántas personas están ocupando de manera ilegal los dos bloques, quienes tendrán que ser desahuciados.

«Desde el Ayuntamiento creemos que esta actuación es una medida necesaria para el bienestar del barrio para que se desarrolle en un ambiente igualitario como todos los barrios de Elche. Esto ayudará a que Los Palmerales siga creciendo», señaló el edil de Bienestar Social, Mariano Valera. Mientras tanto, el Consell tiene previsto continuar con las labores de rehabilitación y de regeneración de este enclave de la ciudad, con un presupuesto de 2,1 millones de euros. El ámbito de actuación está delimitado por las calles Llimoner, Morera, Taronger y Avenida de Santa Pola. En las obras se desarrollan actuaciones en un total de seis edificios del barrio, donde se ubican 276 viviendas. La intervención está dirigida a mejorar las condiciones de conservación y mantenimiento de los edificios, instalaciones generales, mejorar la accesibilidad y la eficiencia energética de las viviendas.