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El Molí Real: vallado y de refugio para los sintecho

El emblemático edificio lleva más de medio año a la espera de una reforma tras ser desalojado por una grieta en la ladera que sigue deteriorándose

Un detalle de la grieta que presenta el muro del molino. matías segarra

Más de medio año vallado por una grieta y, en ocasiones, un cobijo para personas que viven en la calle. Es en lo que se ha convertido el Molí Real, el edificio emblemático del siglo XVII de la ladera del Vinalopó. La antigua construcción lleva desde abril vacía, después de que el Ayuntamiento decidiera desalojar a la Asociación de Bellas Artes por precaución a causa de varios desprendimientos de tierra.

Una doble verja debajo del molino protege desde entonces una zona por donde pasan cada día miles de deportistas y senderistas de la ruta al Pantano, mientras en el patio interior del molino van apareciendo esporádicamente colchones y cartones, ante la ausencia alguna de actividad y la necesidad de buscar un refugio cuando cae la noche.

Es el panorama que presentan unas instalaciones protegidas por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). A ello se suma que la grieta de la que alertaron hace seis meses arquitectos y vecinos sigue abriéndose por los temporales que se han sucedido, dejando cada vez más «en el aire» el edificio. De momento, no hay ninguna actuación programada a corto plazo para rehabilitar el antiguo edificio o al menos actuar en la zona de la ladera afectada.

El departamento de Urbanismo del Ayuntamiento cuenta desde hace tiempo con un informe elaborado por los técnicos que advirtieron del deterioro de la zona y propusieron soluciones para consolidar la ladera con un muro de contención de piedra, del mismo material que el molino. Incluso hubo sobre la mesa del equipo de gobierno una propuesta para acceder al mirador de manera peatonal.

Desafiando la gravedad

Sin embargo, otra de las decisiones que tomaron los responsables municipales a finales del pasado mandato fue encargar otro informe a una empresa especializada en ingeniería para buscar soluciones, sin que haya trascendido tampoco su resultado. El deterioro del enclave es evidente hasta tal punto de que el inmueble cada vez va desafiando más la gravedad. Desde el Ayuntamiento descartan rotundamente un peligro inminente de derrumbe, pero si que hay expertos que apuntan a la necesidad de acometer cuanto antes una rehabilitación para evitar un mal mayor en unos años, tal y como se encuentra el edificio en estos momentos.

La última reparación municipal de envergadura en el edificio fue realizada hace cuarenta años y desde entonces hay arquitectos que vienen reclamando una actuación para asegurar y poner en valor la emblemática zona. Y más aún porque la ladera del Vinalopó tiene un componente arenisco que se disgrega de forma natural y con las precipitaciones se acelera su deterioro. Otros expertos también reivindicaron hace más de un año al Ayuntamiento la reparación del muro de contención antiguo, de mampostería, de barro y piedra, por lo que el agua que se desborda de la acequia contribuye todavía más, según Prócoro del Real, a ese desgaste.

Precisamente, la mejora de la ladera a su paso por el Molí Real fue proyectada en el Ayuntamiento hace dos años, pero se quedó guardada en los cajones. En un pleno municipal de septiembre de 2017 el equipo de gobierno daba luz verde a realizar una modificación de crédito de 200.000 euros para consolidar el terreno en este punto.

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