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Investigadores sacan a la luz en Elche marcadores solares de la Edad de Bronce

Un estudio demuestra la conexión entre una pieza grabada en el yacimiento del Castelar con otras situadas a lo largo del Puntal del Búho

El marcador. Información.

Hace cuarenta años el Grupo Ilicitano de Estudios de Arqueología (GIEA) localizó en la falda Este del yacimiento del Castelar, cerca del Pantano de Elche, una piedra con varias cavidades a la que, en su momento, se le atribuyó un uso sagrado. Ahora, el investigador y aficionado a la arqueología Andrés Miguel Valero, y el estudiante de Historia de la Uned José Luis Lara, han llegado a la conclusión, tras realizar un estudio de campo, de que se trata de un marcador solar de la Edad de Bronce, una vez que han constatado su conexión con otros grabados localizados en la sierra del Puntal del Búho y con la luz solar, en una zona donde también hubo un asentamiento musulmán.

Los investigadores han trabajado en la zona durante los últimos seis meses, con la intención de comprobar el posicionamiento de la luz solar en diferentes días, y el 23 de septiembre, el día del equinoccio de otoño, comprobaron que «efectivamente el Sol amanece paralelo al betilo», que es la piedra con cazoletas que se descubrió hace cuarenta años.

Una vez constataron este hecho, José Luis Lara comprobó la existencia de cazotelas similares en la punta de la sierra por donde sale el Sol y que éstas también se pueden encontrar en el resto de puntas de la sierra, por donde la luz solar sigue su recorrido durante el día, lo que, según indicaron los investigadores, «reafirma la teoría de que el betilo era utilizado como un marcador solar, para conocer, por ejemplo, los cambios de temporada en función de su inclinación».

En total, los investigadores han encontrado cazoletas en diez puntas de la sierra, que coinciden con el recorrido del Sol, desde que sale hasta que se pone por la ladera del río Vinalopó, y que coinciden, a su vez, con las diez cavidades de la piedra a la que en un principio se le otorgó un significado sagrado.

Además, se da la circunstancia de que cuatro cavidades del betilo están subrayadas por una línea, y su orientación solar marca la zona por la que antiguamente pasaba un hilo de agua que acababa en el río Vinalopó.

Como conclusión, Andrés Miguel Valero y José Luis Lara, consideran que «nos encontramos con que la piedra llamada betilo por el GIEA cumple la función de marcador solar, pues está marcando un lugar en los días de equinoccios, y ese lugar es la sierra del Búho donde, a parte de encontrarse hace ya tiempo restos de la Edad del Bronce, encontramos cazoletas también típicas de dicha época».

Para estos estudiosos el significado de las cazoletas puede ser muy diverso: ritual, astral, calendario de cosecha, fecundidad... Cualquiera de las simbologías que varios autores han señalado a través de sus estudios para estos objetos, pero insisten en que «lo que sí que sabemos es que es un marcador solar, y que, por lo tanto, es una piedra con connotaciones sagradas y digna de un estudio en profundidad por los expertos pertinentes en arqueoastronomía».

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