En tiempos en los que la inmigración tiene gran protagonismo en el debate político europeo y el populismo cotiza al alza, la ONG Elche Acoge celebra 25 años de actividad, dos décadas y medias en las que ha tendido siempre la mano a los inmigrantes y refugiados. Para celebrar su aniversario, el colectivo ha preparado una serie de actividades conmemorativas que se desarrollarán durante los próximos dos meses y que comenzarán mañana con un acto institucional en el Centro de Congresos en el que se darán cita las instituciones, colectivos y demás agentes sociales que han respaldado el proyecto desde su origen a finales del siglo XX.
Elche Acoge llega a sus bodas de plata en un buen momento de forma, consciente de que su labor es más importante que nunca, si cabe. Así lo confirman los datos que comparte la ONG ilicitana. En la actualidad cuenta con un centenar de voluntarios y 17 técnicos. Todos ellos permitieron el año pasado realizar quince proyectos, en los que se hicieron 9.000 atenciones, de las que se beneficiaron 6.800 personas. «Siempre nos hacemos la pregunta de qué pasaría con todas estas personas si Elche Acoge no existiera», plantea la coordinadora de la plataforma, Trini Urbán, quien ayer ofreció una rueda de prensa para anunciar las actividades junto a la presidenta, Rita María Coves.
Mucho ha llovido desde que este proyecto se puso en marcha en 1994. «Es difícil resumir nuestra contribución a la ciudad, todo lo que hemos aportado», señala Urbán. Elche Acoge nació para dar cobijo a los inmigrantes que fueron llegando a Elche en los primeros años de los noventa y que, en la mayoría de los casos, ni siquiera contaban con un hogar en el que dormir. Coves, Mari Carmen Abad y Raquel Maciá fueron las que pusieron en marcha un proyecto solidario cuya primera sede se encontraba en Pío Baroja, una oficina que sirvió de precuela para todo lo que ha llegado posteriormente.
Los primeros voluntarios se encargaban de atender en aquella sede, a la que los inmigrantes se acercaban para preguntar los pasos que debían dar para poder asentarse en territorio ilicitano. Una familia polaca fue la primera en recibir ayuda y la oficina en Pio Baroja se acabó convirtiendo en una casa de acogida, en la que vecinos altruistas iban dejando los enseres que podían. Al año siguiente, en 1995, llegó la primera subvención, que permitió contratar una trabajadora social y organizar mejor la atención que prestaban los voluntarios.
Con el cambio de siglo, en 2001, llegó el traslado a la actual sede de Elche Acoge, en la travesía San Joaquín, y los recursos aumentaron. Y en 2008 la ONG abrió una segunda sede en el barrio con más inmigración de la ciudad, Carrús, llamada Rincón de las Culturas. «Ahí abrimos otras líneas de trabajo, como son la intermediación cultural, el trabajo de sensibilización, la psicología social? Todo ello está encaminado a que los ilicitanos entiendan que los que vienen de fuera lo hacen para sumar, contribuir a la vida de los barrios, trabajar y buscar un futuro para sus hijos», resume la propia Urbán.
Ahora ha llegado el momento de celebrar los 25 años y para ello Elche Acoge ha preparado una serie de actividades, que arrancarán mañana a las 19 horas con el acto institucional que se celebrará en el Centro de Congresos. Los asistentes podrán escuchar los testimonios de voluntarios, técnicos y usuarios que forman parte de la historia de la plataforma y ver un vídeo que recoge la trayectoria del proyecto.
Para la próxima semana están programadas una jornada de puertas abiertas en la sede de Carrús, que se celebrará el viernes 22 de 18 a 20 horas, y una comida en la que participarán los voluntarios, que tendrá lugar el domingo 24. Y el 15 de diciembre está prevista una carrera solidaria en el Elche Parque Empresarial.
