La tercera edición de la invasión zombi promovida por la Asociación Cultural y Deportiva de La Hoya (ACD La Hoya) reunió a más de 350 personas en la noche del pasado jueves. El eveto arrancó a media tarde en la Torre del Gall en dicha pedanía. Los participantes se divieron en 58 grupos, formados por al menos un adulto y el resto niños y adolescentes, así como más de 60 zombis para superar una decena de pruebas, evitando ser pillados por los zombis. Estos retos estaban repartidos por todo el núcleo urbano, por lo que los participantes tuvieron que buscar por todos los rincones, con la vista pueta en escapar de los muertos vivientes que se escondían a lo largo de todo el recorrido.

Así, tuvieron que superar adivinanzas terroríficas, pruebas de puntería, adivinar nombres de personajes de películas de miedo, enfrentarse a juegos de valentía, entre otras pruebas que sirvieron para aunar diversión, entretenimiento, y por supuesto, terror en la noche de los muertos.

Este evento, totalmente gratuito, tiene como objetivo "pasar un rato divertido de convivencia, de buen clima vecinal y de participación con otras pedanías las cuales se nos unieron a dicho acto para impulsar el Camp d'Elx", aseguraron desde ACD La Hoya, quienes quisieron agradecer "a todos los participantes por la espléndida acogida y el genial ambiente que vivimos, las risas y el nerviosismo contagioso de los niños"

Los voluntarios de la asociación estuvieron más de un mes preparando las diferentes pruebas de un evento que en solo tres ediciones se ha convertido en un referente festivo para que los niños se diviertan en la noche de Halloween, y ya están pensando en la edición para 2020.

Halloween en la ciudad

En 2016 se vivió el año más problemático, en 2017 el despliegue policial tuvo que hacer frente de nuevo a la batalla del lanzamiento de huevos y harina, el año pasado el buen hacer de la Cencejalía de Seguridad y la Policía Local surtió efecto y ahora ya se puede afirmar que las gamberradas que ponían en jaque a buena parte de los comercios del centro son cosa del pasado. La celebración de Halloween en Elche discurrió sin más sobresaltos de la cuenta, más allá de los sustos que daban unos disfraces cada vez más logrados, en los que ha vuelto a recaer el protagonismo de la celebración de la Noche de los Muertos.

No hubo ni rastro de las escenas que se vivieron en tiempos pasados, con agentes revisando mochilas y requisando objetos a los adolescentes para evitar gamberradas que pudieran acabar en conflictos mayores. La plaza del Centro de Congreso, uno de los puntos más calientes del Halloween ilicitano, apenas registró movimiento, con la mayor parte de la celebración concentrada en la Plaça de Baix, en la que no cabía un alfiler para disfrutar de la fiesta municipal. Los más pequeños lucían sus disfraces de brujas, esqueletos o diablos mientras los padres, también disfrazados en la mayoría de los casos, los fotografiaban con orgullo.

Entre las tendencias de disfraces, se llevaron la palma los relacionados con las series y películas de moda. De esta manera, los adolescentes apostaron por caracterizarse de personajes de La casa de papel o, los que optaron por el séptimo arte, de Maléfica ellas y del Joker ellos. Los comercios decoraron sus locales con calabazas y telarañas, luciendo del mismo modo que los balcones del Ayuntamiento. Todo contribuyó para que la noche discurriera sin más sustos que los esperados.