Año 1969. El salesiano Martín Bagur llega a Elche. Va a ser maestro del colegio de la congregación. Le encanta practicar un deporte que nadie conoce, pero que en Elche iba a germinar como si de huertos de palmeras se tratara. El patio del colegio iba a ser la primera pista deportiva. «Como lo sigue siendo hoy en día», apunta el actual director deportivo del Club Voleibol Elche, Juan Antonio Martínez, profesor hasta hace muy poco en las aulas del cole y que ha pasado por casi todos los puestos de la entidad, desde jugador a entrenador y directivo.
El entusiasmo por avanzar llegó muy pronto e impregnó a una generación de alumnos que quería llegar a lo más alto. «En la temporada 1975/76 conseguimos el primer ascenso a la máxima categoría, a la entonces División de Honor Nacional», recuerda Martínez, que lamenta que «estuvimos poco tiempo, entre otras cosas porque no teníamos ni pabellón. Jugábamos en Alicante o Crevillente, donde una vez nos enfrentamos contra el Real Madrid y los aficionados llenaron el recinto». Entonces presidía el club su primer dirigente, Roque Candel.
Ahora, el club cuenta con 500 jugadores y más de una treintena de equipos, más de la mitad de ellos federados y en distintas competiciones autonómicas y nacionales, pero los comienzos fueron paso a paso. «Pocos conocían las reglas de juego, pero había afición», apunta.
En una segunda etapa, con el apoyo de la firma zapatera J'Hayber y de la Fundación del Deporte Ilicitano, «conseguimos de nuevo llegar a la máxima categoría en la temporada 2000/01», señala el director deportivo. Siete campañas seguidas en Superliga 1, entre los 6-8 primeros, con una Copa del Rey en 2003, jugando dos eliminatorias de competición europea. «El club estaba en lo más alto, pero la inversión que había que realizar era tremenda. «Tuvimos que renunciar, nuestros espónsors no podían seguir al mismo ritmo, dejamos la Superliga, pero volvimos a formar equipos para la Primera Nacional, sin grandes pretensiones, con un presupuesto realista, y eso sí, apostando por la base», destaca Martínez.
La apuesta por la cantera como base sólida del club ha protagonizado esta tercera fase de la historia del voleibol en Elche, un tiempo en el que se han potenciado los equipos femeninos, no en vano en 2018, el ESD Granadas de Elche -ahora en Superliga 2- debutaba en la élite, Superliga 1 frente al Haro de La Rioja. «Siempre con gente joven, de la base, sin tirarnos de nuevo al precipicio tras la lección aprendida», concluye el director deportivo, un hombre que ha entregado buena parte a un club que el sábado presentaba en El Toscar a todos los conjuntos que componen un gran familia. Un conjunto humano que hoy llena dos colegios cada fin de semana de deporte y juventud, pero a la vez lleva a equipos competitivos por toda España. Un grupo de deportistas que surgió de las aulas del colegio Salesianos San Rafael, base del club, desde cuyas ventanas unos niños miraban con ojos iluminados las pistas del patio de recreo. Allí empezó un movimiento que tiene, en Elche, un pasado y un presente para sentirse orgullosos y un futuro próximo brillante y más que asegurado.
