El Ayuntamiento reanudó ayer el proceso de licitación para adjudicar la contrata de limpieza y de basuras con la convocatoria de la primera mesa de contratación. Un primer paso de un gran cúmulo de trámites que harán inevitable la prórroga del actual servicio con Urbaser. El equipo de gobierno ya admite esa posibilidad, al vencer el contrato el 31 de diciembre y no tener tiempo material suficiente. De hecho, en el Consistorio ilicitano ya estiman que la adjudicación del contrato más alto de Elche (de 327 millones de euros de base de licitación) no pueda producirse hasta, al menos, mediados de 2020.

El portavoz del equipo de gobierno, Héctor Díez, descartó ayer se haya acordado ya la prórroga, pero admitió que esta decisión «sería normal y legal en la medida en la que la mesa de contratación está en el proceso de adjudicación». En cambio, el concejal socialista sí aseguró que hasta el primer trimestre del próximo año estarán valorando la parte técnica de las ofertas presentadas. De cualquier manera, rechazó que el aplazmamiento vaya a ser un problema y que «lo de sentido común» es que la prórroga del contrato (vigente desde el año 2000, tras aplazarse varias veces) quede «supeditada la fecha en la que se produzca la adjudicación definitiva».

Tras tumbar el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales el recurso presentado por colectivos locales contra la contrata hace doce días, el ejecutivo local reanudó ayer la licitación con la apertura del sobre A, referente a la información administrativa de las cuatro ofertas recibidas. Se trata del trámite en el que los técnicos municipales se ocupan de valorar si toda la documentación es correcta, algo que el equipo de gobierno confía en que se pueda solventar a lo largo del próximo mes de noviembre. Después llegará el estudio de las propuestas sobre la parte técnica del servicio (apertura del sobre B), lo que llevará más tiempo, dada la cuantiosa información presentada. Cuando el Ayuntamiento esté en este punto, los técnicos, según dijo ayer el portavoz del ejecutivo local, podrán dar plazos concretos sobre cuánto tiempo necesitarán. Para agilizar el estudio de las mismas el el Ayuntamiento asegura haber puesto en marcha medidas.

A partir de ahí, lo siguiente será la valoración de las ofertas económicas de cada una de las empresas aspirantes. Aunque el contrato se licita por 327 millones de euros, el equipo de gobierno ya advirtió que lo habitual es que se hagan ofertas a la baja.

Una vez se produzca la adjudicación, también hay posibilidad de que las empresas puedan realizar impugnaciones, como marca la ley, lo que alargaría más los plazos. «Eso escapa a la Administración pública y esperamos que no se produzca, pero sería legítimo», señaló Díez, quien quiso poner el acento en que «estamos en el último estadio» y en que el procedimiento está siguiendo su curso. Cuando haya luz verde para adjudicar el contrato de la próxima década, la empresa empezará a renovar toda la maquinaria, algo que será de manera paulatina y que podría producirse a lo largo del primer año del contrato, tal y como señaló el portavoz del ejecutivo local.