Dos minutos. Este es el tiempo que pasa desde que se sufre una parada cardiorrespiratoria hasta que la vida de la víctima empieza a peligrar e, incluso en caso de reanimación, pueden quedar secuelas. Por eso es muy importante concienciar a la población sobre la importancia de saber actuar ante estas situaciones, pues el servicio sanitario casi siempre llegará tarde ya que suele demorarse una media de ocho a once minutos en atender los avisos de emergencias. Así de tajantes fueron desde la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Elche, que organizaron talleres explicativos para pacientes del hospital a los que invitaron a más de 70 alumnos de centros educativos de la ciudad para que aprendieran de forma práctica cómo reanimar a un paciente y también a utilizar los desfibriladores, cada vez más presentes en los edificios públicos, zonas comerciales e incluso empresas de mediano y gran tamaño.

El vestíbulo de la Unidad Integral Ambulatoria Especializada, donde se encuentran las consultas externas, se convirtió en un aula abierta a todos los usuarios del hospital en el que todos los asistentes recibieron una pequeña clase teórica que, minutos después, pusieron en práctica con los múltiples maniquís que estaban en el suelo, simulando a pacientes que habían entrado en parada. Lo más importante es: ¿Cuándo y cómo debe realizarse?

Los profesionales del hospital explicaron que lo primero que debe hacerse es comprobar si la persona tiene pulso y respira. En caso contrario, debe iniciarse la reanimación. En caso de carecer de experiencia o no estar seguro, deben realizarse de 120 a 150 compresiones de pecho por minuto (dos por segundo). En caso de contar con preparación, se recomienda acompañar las compresiones con dos respiraciones de rescate, dos cada 30, para ser exactos.

«Mucha gente tiene miedo al realizar este tipo de maniobras porque no sabe hacerlo, se asustan o tiene miedo de hacerle daño al paciente, pero es un error. El daño es no hacer nada. Rara vez se va a causar lesión a la víctima», explica la jefe de la UCI, Adoración Alcalá. Desde el servicio señalaron ayer que, si toda la población conociera la forma de realizar las reanimaciones, se reducirían los fallecimientos por estas causas un 20%, ya que en la mayoría de ocasiones las paradas se producen en compañía de alguien.

«Lo hemos visto muchas veces, pero nunca habíamos aprendido a hacerlo, sabíamos más o menos cómo se hacía la maniobra, pero no el número de veces que deben realizarse las compresiones, la fuerza o el ritmo», señaló ayer una de las estudiantes de primero de Bachillerato que acudió a los talleres. Los estudiantes también aprendieron a manejar los desfibriladores, que «están por todos los sitios, pero no sabíamos, hasta ahora, cómo utilizarlo, y una vez aprender, la verdad es que es muy fácil, apuntó otro alumno.

Concienciación

Desde el hospital señalaron que este tipo de iniciativas se lleva a cabo durante todo el año, no solo por el Día Mundial de la Parada Cardiaca. Lo que sí se hizo ayer fue abrirlo a cualquier paciente que estuviera en el hospital, por lo que además de los estudiantes fueron muchos los pacientes que quisieron aprender. Entre ellas, una mujer que perdió a su marido por una parada de la que no se pudo recuperar, y que quiso participar, pese a su elevada edad, para que si, en su presencia ocurriese otro caso de este tipo, poder salvar vidas. Al final, señalaron desde el hospital, de lo que se trata es precisamente de eso, de concienciar a la población de la importancia de adquirir conocimientos de primeros auxilios, por la vida propia y por la del resto.