El Ayuntamiento ha decidido clausurar el polideportivo de Los Palmerales hasta el próximo verano colocando candados en sus puertas que impiden entrar a las pistas de fútbol, de tenis y a la piscina, a medio vaciar tras la temporada estival, después de que hasta este miércoles no hubiera ningún tipo de cerrojo que evitara el acceso. La medida del equipo de gobierno ya ha desatado quejas en el barrio por quedarse sin equipaciones todo el año.

La razón que ha dado el equipo de gobierno, a través de la Concejalía de Deportes, es que han tomado esta decisión por «motivos de seguridad», porque consideran que las instalaciones no están en condiciones para practicar deporte, pese a que en el pasado mandato se anunciaron labores de reparación. A ello se suma que el recinto ha empezado ya a sufrir actos vandálicos, con cristales rotos como pudo comprobar este diario, pese a ello el ejecutivo local niega que el cierre tenga que ver con las gamberradas.

«El mal estado del vallado hace que sea un peligro, la pista tiene desperfectos y los aseos tienen las puertas rotas», aseguró el edil del área Vicente Alberola. El compromiso del equipo de gobierno es reabrir la piscina el próximo verano, pero considera que hasta que no realicen una remodelación «integral» el resto del polideportivo no puede estar abierto al público de manera continuada.

«No queremos hacer una inversión ahora para reparar los desperfectos y que dentro de seis meses no haya servido para nada», señaló Alberola, quien aseguró que su departamento está trabajando en el proyecto para rehabilitar el polideportivo con los fondos europeos Edusi, al igual que los pabellones de El Toscar y Carrús. Su intención es que antes del próximo verano las nuevas instalaciones estén en marcha. «Sacrificaremos un tiempo para tener el polideportivo más antiguo de Elche en condiciones, ya que nunca se había hecho nada», señaló el edil. Frente a ello, vecinos del barrio lamentaron ayer la medida del Ayuntamiento porque ahora no podrán entrar al recinto a practicar deporte o jugar al tenis, como solían hacer de manera particular, ya que en las pistas no se organiza ninguna prueba. Con los candados y ante la falta de una actividad continuada, temen que el polideportivo vuelva a caer en el abandono como hace cuatro años. «Ahora saltarán las verjas y volverá el vandalismo si no hay una vigilancia como sí ocurría el año pasado», dijo ayer una vecina.