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Exigen Policía a pie

Vecinos de Los Palmerales se resignan a perder 32 pisos con los derribos

La asociación vecinal reconoce que los dos bloques que serán demolidos están en condiciones «infrahumanas»

Un bloque de edificios del barrio de Los Palmerales de Elche, ayer. matías segarra

El anuncio de derribo de dos edificios en estado de ruina de Los Palmerales no ha pillado desprevenido al barrio ilicitano. Allí son conscientes de que la treintena de viviendas públicas que se tirarán abajo en los próximos meses no están en condiciones para vivir dignamente. Y por eso, desde la Asociación de Vecinos aceptan resignados la decisión del Consell y del Ayuntamiento, pero defienden la necesidad de no dejar a las familias que allí residen en la calle y piden realojarlas, como ya están haciendo los Servicios Sociales.

«Esas casas ya no tienen arreglo, están muy mal, sin agua, sin luz y en una situación infrahumana», señaló ayer María Ortega, representante vecinal, si bien residentes de este enclave de la ciudad lamentan la forma en la que el barrio va acabar perdiendo los dos bloques de la calle Llimoner que se construyeron para personas con escasos recursos.

«No han sabido cuidar las casas, algunas se quedaron vacías y fueron ocupadas ilegalmente y eso ha sido un problema», reconocieron ayer desde la asociación de vecinos. Por esta razón, piden a la Administración pública que realice un seguimiento de las viviendas sociales para controlar si sus inquilinos las conservan periódicamente y evitar así llegar al extremo de no poder salvarlas.

No es el único reclamo que realiza el colectivo vecinal a los representantes políticos para mejorar la calidad de vida del barrio que vuelve a estar en el punto de mira por la demolición. Reivindican mayor seguridad en las calles recuperando la Policía de barrio, concretamente la que patrulla a pie, para atajar los conflictos que puedan producirse, aunque consideran que la convivencia es generalmente buena en la mayoría de las calles.

Del mismo modo, quieren acabar con los enganches ilegales que empañan la imagen de la barriada, un problema sin solución, que afecta a varios bloques y especialmente a los que se van a tirar abajo. «El barrio no puede estar dejado ni olvidado, necesitamos una mayor atención y vigilancia», apuntó abiertamente María Ortega. La limpieza es otro de los caballos de batalla de Los Palmerales y la asociación de vecinos lo sabe. «Tenemos cuatro barrenderos, pero no son suficientes», apuntan, al tiempo que reconocen que falta civismo entre parte de sus vecinos. La aparición de basura en algunas de las aceras es una estampa constante que afea la imagen de la barriada, la única de la ciudad donde el servicio de basura pasa por las mañanas.

La asociación quiere impulsar una campaña para concienciar de la necesidad de cuidar y respetar Los Palmerales.Pese a todo, echan en falta servicios como los que tienen otras zonas de la ciudad, «porque pagamos nuestros impuestos», defiende Ortega. Se refieren, entre otras cosas, a la poda de los matorrales y de los árboles, a la instalación de más papeleras o a pintar las señales.

El bien del barrio

En las próximas semanas, el Consell decretará el estado de ruina de los dos bloques de la calle Llimoner, propiedad de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana (EIGE). En una reunión prevista este mes está previsto que el Ayuntamiento y el Consell puedan poner una fecha para tirar abajo los inmuebles.

El edil de Bienestar Social, Mariano Valera, aseguró a este diario «estar trabajando por el bien del barrio». Según el ejecutivo local, hay familias que han tenido la oportunidad de realojarse en viviendas públicas de Los Palmerales y hay otras que las han trasladado fuera. Todavía no ha trascendido la cifra de desalojos.

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