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Cultura quiere más catas en el Mercado porque aún existen zonas sin explorar

El informe de Conselleria afirma que no han aparecido hallazgos de relevancia y mantiene intacto el proyecto de Aparcisa, en contra de los deseos del alcalde

Uno de los puntos de la plaza de las Flores que tendrá que ser excavado frente al Mercado. antonio amorós

Las excavaciones del Mercado Central deberán continuar. Es lo que la Conselleria de Cultura ha trasladado a la concesionaria del proyecto Aparcisa tras valorar los últimos restos hallados en el perímetro del edificio, entre los que salieron a la luz 120 esqueletos islámicos, una cisterna, unos baños y un edificio singular. Todo un material que la Generalitat valora en la misma línea que en las anteriores catas, permitiendo a la empresa continuar con el contrato, hasta tener la memoria final.

El Consell dice su informe, al que ha tenido acceso este diario, que la «continuidad de los trabajos arqueológicos dependerá de la ejecución del proyecto previsto por la concesionaria, el Ayuntamiento y Aparcisa» para señalar a renglón seguido que todavía «falta por documentar» varias zonas. Hace referencia a los espacios interiores del edificio, las rampas de acceso en las calles efectuadas en la cara este, interiores del inmueble, las cimentaciones, el espacio entre los baños árabes y cualquier zona afectada por las necesidades de ejecución o variaciones del proyecto inicial.

Los arqueólogos que trabajan para la empresa ya advirtieron que necesitaban excavar más para seguir avanzando en el conocimiento de lo que pudo ser el origen del asentamiento urbano de Elche, tal y como hizo público Salvem El Mercat. Y ahora, tras recibir la resolución de Cultura hace una semana, la concesionaria tiene el proyecto prácticamente listo para comenzar este mismo mes con las catas arqueológicas. El acuerdo al que ha llegado Aparcisa, según aseguró ayer la mercantil, es realizar los trabajos en solo dos puntos: en la zona este (plaza de la Fuita) y en la rampa de zona norte.

El resto de franjas, como el escaso metro que rodea todo el Mercado o la parte comprendida entre la entrada y los Baños Árabes, ya dijo la mercantil que resulta inviable excavarlos al tener muy poco margen y correr el peligro de que se viniera abajo el edificio.

A partir de ahí, el plan de trabajo que tiene Aparcisa sobre la mesa es que la que será ya la cuarta fase de las catas arqueológicas dure como máximo un par de semanas para poder remitir la memoria final de los trabajos a la Conselleria de Cultura antes de que acabe el año y tener en enero la resolución definitiva. De esta manera, la mercantil pretende seguir con su camino, sin ceder a la petición que le realizó el alcalde, Carlos González, hace unas semanas, para poner punto y final al proyecto del nuevo edificio y parking subterráneo.

Favorable

Ese informe de Cultura, firmado por el servicio territorial de Alicante en junio y remitido después a València, la Generalitat, concluye que la memoria de la tercera fase de las excavaciones «cumple con los parámetros establecidos» y tiene una «aceptación favorable a la espera de la memoria final». Dice, además, que los restos documentados son una «continuidad de los ya documentados en el interior del edificio del Mercado, tanto en la cronología, su naturaleza, y estado de conservación, por lo que las valoraciones son similares a las ya realizadas en informes anteriores».

A este respecto, con la segunda fase de las excavaciones, las que se realizaron en el interior del inmueble, la conselleria apuntó en 2017 a la ausencia de elementos o estructuras arquitectónicas de interés que debieran ser preservados a ultranza o integrados de cualquier forma en la futura propuesta arquitectónica por su significación.

Con el último pronunciamiento de la Generalitat, la mercantil entiende que esta vez tampoco hay hallazgos de valor que se tengan que conservar y señaló que todo lo encontrado se ha inventariado para exponerlo en su momento.

A expensas

Estas últimas excavaciones, realizadas desde noviembre de 2017, sacaron a la superficie un sinfín de vestigios del pasado, cuyos resultados llevan esperando meses tanto la empresa, como el equipo de gobierno. El ejecutivo local ya pidió al inicio de curso político celeridad a Cultura para tener cuanto antes la memoria de las catas, al entender que le podría servir como una baza más para finiquitar el proyecto, en el caso de que hubiera reconocido el valor de los hallazgos como para paralizar el contrato. Pero no ha sido así.

De nuevo, el desenlace del edificio de abastos tendrá que volver a esperar. La empresa no está dispuesta a seguir negociando con el equipo de gobierno y los placeros están a la espera de una reunión con el alcalde para escuchar qué alternativa tiene para rescindir el contrato adjudicado en 2015.

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